revueltas en el mundo árabe

Violento final en la tercera sesión del juicio a Mubarak

Los abogados del expresidente egipcio y los de sus víctimas se han peleado dentro de la sala | En el exterior, detractores y seguidores se han arrojado piedras e intercambiado insultos

EL CAIROD Actualizado: Guardar
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Tras dos sesiones de formalismos, los protagonistas del juicio contra el expresidente egipcio Hosni Mubarak se han sumergido hoy en lo que promete ser un largo y complejo proceso con la declaración de los primeros testigos, que no han aclarado si el 'rais' ordenó disparar a los manifestantes.

Acostado una vez más en un camilla, Mubarak compareció en la sala de la Academia de Policía en El Cairo habilitada para este juicio, que por primera vez no fue televisado en directo por orden del presidente del tribunal, Ahmed Refaat.

La tensión volvió a reinar tanto dentro como fuera de la sala: en el exterior partidarios y detractores de Mubarak se enfrentaron a pedradas, mientras que en el interior el juez tuvo que decretar un receso para enfriar los ánimos de la defensa y la acusación, enfrentados a gritos.

Los testigos arrojan poca luz

Las esperadas declaraciones de los primeros testigos hicieron más bien poco por la causa de la acusación. Ante el tribunal desfilaron varios altos cargos de la Seguridad Central que o bien negaron haber recibido ordenes de abrir fuego contra los manifestantes, o bien acusaron a Ahmed Ramzy, asesor del entonces ministro del Interior, Habib al Adli -ambos en el banquillo de los acusados junto a Mubarak- de haber armado a la policía.

El primero en testificar fue el general Husein Musa, jefe de comunicaciones de las Fuerzas de la Seguridad Central, que según los abogados de la acusación contradijo hoy su primer testimonio ante la fiscalía, cuando dijo que Ramzy había ordenado disparar con conocimiento de Al Adli.

Tampoco aportaron más luz otros dos testigos, el mayor Emad Badry y el capitán Basem Hasan, que reconocieron que se armó con metralletas a los policías en el Ministerio del Interior, pero negaron que estas se hubiesen utilizado contra civiles.

La irritación se fue adueñando de los abogados de las víctimas en esta maratoniana sesión al ver que los testimonios de los testigos no aportaban nada de luz acerca de la supuesta implicación de Mubarak y al considerar que el juez dispensó un trato de favor a los letrados que representan al expresidente. En declaraciones a los periodistas, el abogado Muntasir al Zayat, protestó por que no se haya permitido la entrada de familiares de las víctimas y por que el magistrado Refat decidiese interrumpir la retransmisión televisada del proceso. Así, llamó a los egipcios a salir a protestar el próximo viernes, ya que "la presión popular es lo que va a hacer que Refat siga el camino correcto".

Las iras de la acusación

Esta tensión alcanzó su punto culminante cuando letrados de la defensa de Mubarak levantaron una foto del exmandatario al inicio del proceso, lo que despertó las iras de la acusación, que respondió prendiendo fuego a otra imagen del hombre que dirigió Egipto durante 30 años.

Como en las dos sesiones anteriores, los enfrentamientos en el exterior de la sala volvieron a dejar heridos, en esta ocasión catorce, y detenidos, un total de 22, según la agencia oficial Mena.

Uno de los manifestantes contra Mubarak, Abdel Karim Ibrahim, explicaba cómo su hermano Mustafa murió por una bala el 'viernes de la ira', el 28 de enero, mientras estaba de vacaciones del servicio militar. "La bala le entró en el estómago y luego lo trasladaron al hospital, donde murió. Esta mañana nos han pegado y nos han impedido entrar en el juicio, el régimen de Mubarak aún existe", dijo, y acusó a las fuerzas de seguridad desplegadas de que "fingen protegernos, pero son unos matones".

Los seguidores del derrocado presidente permanecieron menos tiempo en la explanada frente a la Academia de Policía, pero volvieron a sumar unas decenas de personas que desafiaron al agobiante calor para defender a Mubarak. Para Hasan Sherif, esta era su "primera vez en cualquier manifestación", pero acudió hasta este lugar en las afueras de la capital porque considera que "es injusto mandar a este hombre a prisión". "Ha estado al frente del país durante treinta años, ¿por qué enviarle a la cárcel? No creo que haya matado a nadie", señaló a Efe Sherif, quien se mostró preocupado por la actual situación en Egipto, "porque veo caos por todas partes".

El proceso se reanudará el miércoles, según ha confirmado la televisión estatal. Para esta tercera sesión, el juez ha vuelto a prohibir la presencia de las cámaras de televisión.