Giggs, en un partido con el United, esta temporada. / Ap
Rival del Barcelona en la CHAMPIONS

Twitter regatea a la justicia y le mete 'un gol' a Giggs

Después de que un juez impidese nombrar al jugador del United en un reportaje en el que se hablaba de una infidelidad, los internautas le delatan

MADRID Actualizado: Guardar
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A Ryan Giggs, jugador del Manchester United, eso de que me lo “ha dicho un pajarito” le viene como anillo al dedo, ahora que su mujer puede estar enjabonándose la mano para sacarse la alianza de casada. En realidad que el histórico jugador del equipo inglés esté sufriendo un auténtico quebradero de cabeza es culpa de una bandada de 75.000 usuarios de Twitter que se han dedicado a airear su flirteo con una miss galesa, una de esas famosas que engrosan la nómina de participantes en el Gran Hermano británico.

El jugador quiso cortar de raíz todo el asunto acudiendo a los tribunales hace semanas. El juez le dio la razón pero no accedió a prohibir la publicación 'The Sun' -en la que la modelo Imoge Thomas contaba los pormenores de la aventura- sino que decidió impedir que se le identificase con su nombre y su apellido. La joven decidió acudir al tabloide inglés una vez se enteró que la intención de Ryan Giggs era que la aventura no pasase de eso mismo, de una simple aventura al margen de su matrimonio. Con la noticia en la calle, los usuarios de Twitter se dedicaron a hacer sus propias cábalas hasta que la identidad del futbolista fue descubierta por varios internautas y otros tanto se dedicaron entonces a ‘retuitear’ el ‘affaire’, regateando así el veto del magistrado.

El asunto se ha elevado hasta la 'Cámara de los Comunes', donde el parlamentario John Hemmingh también ha desvelado la identidad del jugador como una forma de protesta a favor de la libertad de expresión y en contra de resoluciones judiciales como la mencionada anteriormente. De paso Hemmingh ha generado una fuerte polémica al afirma que no tendría sentido encarcelarle cuando ya lo han dicho miles de personas en las redes sociales.

La noticia ha irrumpido en la prensa inglesa creando más inestabilidad en la situación personal del jugador que la nube de cenizas en el espacio aéreo europeo. Y lo hace en un momento bastante inoportuno ya que Giggs se encuentra en plena preparación de la final del Champions, en la que se verá las caras con el Barcelona de Pep Guardiola en el último paso antes de conquistar la ‘Orejona’. El ‘11’ del United se ha convertido en el epicentro de todo este debate horas después de conceder una entrevista a la UEFA en la que afirmaba sobre su rival “un equipo con mucho talento y hemos de tratar de parar a sus jugadores clave. Una vez asumido eso debemos jugar como sabemos, mostrar autoridad en el campo. El Manchester United practica un fútbol muy ofensivo”. Ayer mismo, Iniesta hacía referencia a su rival, hablando de Giggs como una "leyenda viva" del fútbol. Es probable que ahora, el centrocampista galés este más preocupado en calmar los ánimos de su esposa que en contener el empuje de Xavi o Iniesta en el centro del campo de Wembley el próximo sábado.

Límites legales difusos

Sin embargo, más allá de las consecuencias que pueda tener en el estado de ánimo del jugador, todo un referente en el United por su veteranía, la historia ha vuelto a sacar a la superficie el eterno debate entre la libertad de expresión y el derecho a la intimidad, límites que se distorsionan mucho más cuando se trata de casos que se han adentrado en el terreno del mundo digital.

Aunque ya existe algún que otro precedente jurídico, no existe una legislación que determine la responsabilidad de este supuesta ‘intromisión’ al honor ¿Responsabilizar a los miles de ‘tuiteros’ que señalaron a Giggs? La lógica dice que es imposible. Entre los juristas, hay sectores que reclaman la regulación de estos delitos mientras que otros afirman que la falta que se comete es la misma, que lo único que varía es el medio utilizado. Este es un asunto que genera dudas y múltiples lecturas cuando se refiere a medios tradicionales y que ahora plantea una nueva realidad con las redes sociales.

Uno de las cuestiones que se plantean, tanto en este como en otro puñado de casos en los que las redes sociales han estado presentes en el conflicto, es si los responsables de la plataforma deberían dar la cara en estos casos o simplemente retirar la publicación. Una opción que resulta más bien poco popular entre los internautas que ven en la Red un espacio que enarbola la libertad de expresión. Sea como sea, esta es la enésima ocasión que la privacidad, el derecho al honor, la libertad de expresión y el anonimato en Internet son protagonistas de un encendido debate.