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Un hombre armado retiene durante ocho horas a su mujer, su hijo y a otra persona en Pontevedra

PONTEVEDRA Actualizado: Guardar
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Agustín V.R., un hombre de 40 años y con apariencia de haber perdido el control de sus facultades mentales, ha mantenido retenidos durante ocho horas en su domicilio de Pontevedra a su mujer, un hijo de 12 años y a una tercera persona, que se supone el jefe de la mujer.

El hombre se atrincheró en la vivienda, una casa unifamiliar del barrio de O Freixo, muy cerca del hospital Montecelo de la capital pontevedresa, armado con una escopeta de caza y no atendió ninguna llamada telefónica. Alrededor de las 17.00 horas se entregó a la Policía que, desde las 10.00 horas, había acumulado efectivos en torno a la vivienda, pudiendo ser rescatadas las personas retenidas sin que sufrieran daño alguno.

Los hechos comenzaron pasadas las 9.00 horas, cuando un vecino que es suministrador de material mecánico recibió una llamada telefónica de Agustín, propietario de un taller, pidiéndole unas piezas. Según refirió el testigo, aquel le dijo, con voz entrecortada y confusa, que le llevara unas piezas al taller. Al decirle que se tomaría antes un café, Agustín le contestó, muy alterado, que tenía que ser "ahora mismo, que me voy a pegar un tiro". Según comentó, también le dijo que sus padres estaban enfermos y que le habían robado un perro.

Alarmado por el tono y las incongruencias de su interlocutor, el suministrador avisó a la Policía, porque dijo que su cliente parecía encontrarse muy mal, que "se le iba la cabeza". A los pocos minutos llegaron desde La Coruña efectivos policiales, entre ellos especialistas en secuestros del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) para fin de establecer contacto con el secuestrador y negociar su entrega. Sin embargo, los esfuerzos resultaron inútiles, ya que Agustín había cortado toda comunicación telefónica y se mantenía encerrado. Las armas que se le suponían proceden de su afición a la caza, por lo que tenía permiso para su uso cinegético.

Tras su entrega, la Policía condujo a Agustín hasta la comisaría donde se encontraba a última hora de la tarde bajo la acusación de un delito de retención ilegal, y a la espera de realizarle una evaluación psicológica, habida cuenta de las extrañas circunstancias en las que se desarrolló el incidente.