operación 'amanecer de la odisea'

La OTAN sigue sin acuerdo sobre su papel en la misión en Libia

EEUU, que dirige las operaciones, ha expresado su deseo de ceder el testigo a la Alianza, pero por ahora los aliados no han logrado disipar las reticencias de Francia, Alemania y Turquía

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Las conversaciones entre los embajadores de los países de la OTAN han vuelto a cerrarse hoy sin un acuerdo sobre el papel de la Alianza en las operaciones militares en Libia y continuarán mañana, según han informado fuentes de la organización.

Tras seis días consecutivos de reuniones, los miembros de la OTAN no han avanzado a la hora de definir sus funciones en el mantenimiento de la zona de exclusión aérea que en los últimos días una coalición de países ha impuesto sobre Libia en cumplimiento de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU.

Estados Unidos, que por ahora dirige las operaciones, ha expresado en varias ocasiones su deseo de ceder el testigo a la OTAN, pero por ahora los aliados no han logrado disipar las reticencias, sobre todo de Francia, Alemania y Turquía, para dar ese paso. "Hay una sensación de que los puntos de vista están convergiendo sobre un posible papel de la OTAN en la aplicación de la zona de exclusión aérea", ha manifestado la portavoz de la organización Carmen Romero. Romero ha recalcado, de todos modos, que la puesta en marcha de esa acción es "exigente" y "compleja" y necesita del respaldo político de todos los aliados.

Ayer EEUU acordó con Reino Unido y Francia -los otros dos países que han liderado la ofensiva contra el régimen de Muamar el Gadafi- el rol que debería desempeñar la Alianza Atlántica, lo que a priori acercaba una decisión. Hasta ahora, Francia se ha opuesto a ceder el control total de la misión a la Alianza Atlántica y argumenta que no se debe excluir de la toma de decisiones a los países árabes que han decidido apoyar las acciones y que no pertenecen a la OTAN, por lo que plantea dividir los planos político y militar. Así, se establecería una "dirección política" conformada por los ministros de Exteriores de todos los países participantes en la coalición internacional y la Alianza se ocuparía del apartado puramente militar. Según fuentes aliadas, una opción de este tipo podría basarse, en cierto modo, en el modelo usado con Afganistán, donde la Alianza coopera con 20 países no miembros y les incluye en la discusión de las operaciones.

Críticas a la intervención

Las conversaciones en el seno de la OTAN se ven dificultadas también por la postura de Turquía y Alemania, dos países miembros críticos con la intervención. Ankara ha dejado claro que quiere que se cumpla una serie de "condiciones" para que la Alianza actúe en Libia y ayer el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que su país no participaría "como una fuerza de guerra". Sin embargo, Turquía ha decidido hacer una importante participación a la operación naval de la OTAN que garantizará el cumplimiento del embargo de armas sobre Libia, la única aportación que hasta ahora ha hecho la Alianza a la acción internacional.

Alemania, por el contrario, se ha negado a participar en dicha misión y ha retirado el mando aliado de dos fragatas y dos buques menores que tenía en el Mediterráneo. Además, ha ordenado la retirada de los 70 militares alemanes que participaban como técnicos especialistas a bordo de aviones de reconocimiento AWACS de la Alianza.