Sortu pide al Supremo concurrir a las elecciones porque no es «pantalla de nada ni de nadie»

“Sortu no es pantalla de nada ni de nadie”. Con estas palabras el abogado del nuevo partido de la izquierda abertzale, Iñigo Iruín, pidió hoy al Tribunal Supremo que permita la inscripción de la marca electoral. Iruín, quien además de letrado de Sortu fue el jurista que redactó sus estatutos, negó que exista “continuidad” entre el partido y las formaciones ilegalizadas. Sortu, dijo el letrado, “no se pretende disfrazar ni actuar en la trastienda” para dejar luego que Batasuna o ETA “le fagocite”.

El representante de Sortu fue tajante: “la nueva línea de la izquierda abertzale ha roto con el pasado”. Iruín, que tachó de “políticas y forzadas” las demandas de la Fiscalía y el Gobierno, insistió en que las fuerzas de seguridad no han podido probar que ni los promotores ni sus finanzas tengan relación con Batasuna o con la banda terrorista.

Los argumentos del Gobierno

La Fiscalía y el Gobierno, sin embargo, pidieron minutos antes al Tribunal Supremo que aparte a Sortu de las elecciones por ser heredera de la ilegal Batasuna. Manuel Rivero, el abogado del Estado aseguró que la nueva marca electoral de la izquierda ‘abertzale’ no es más que la “enésima manifestación del complejo ETA-Batasuna”, “parte del mismo complejo estratégico” terrorista.

Durante la segunda y última sesión del juicio de Sortu en el Tribunal Supremo, que hoy quedará visto para sentencia y a la espera de un fallo que se presume inminente, el representante de los servicios jurídicos del Estado pidió que no se permita la inscripción del partido en registro del Ministerio del Interior porque no ha “roto” ni con los partidos ilegalizados ni con los terroristas. “No es creíble” que “toda la izquierda abertzale, como si fuese un trasatlántico que se mueve al unísono” en “pocos meses y sin dejarse un sólo pelo en la gatera” haya cortado de raíz con su vinculación a ETA, sostuvo Rivero, quien aseguró que el nacimiento de Sortu nada tiene que ver con la creación de EA o de Aralar, que sí rompieron amarras con Batasuna y los terroristas y que por ello nacieron sin “ninguna mácula”.

En casi idéntica línea se manifestó el fiscal Antonio Narváez, que reclamó la ilegalización de Sortu porque su alejamiento de la violencia es “puramente estratégico y utilitarista”. El Ministerio Público habló de un “ropaje formal de aparente ruptura” con ETA y Batasuna, sólo con el fin de concurrir a los comicios.