tíbet

El Dalai Lama se quiere retirar y ceder el poder político

Argumenta que los tibetanos necesitan un líder, elegido libremente por el pueblo, "a quien voy a devolver el poder"

INDIA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Dalai Lama ha anunciado hoy su intención de ceder el poder político formal que ostenta como jefe de las autoridades tibetanas en el exilio a una figura "libremente elegida" por su pueblo. En un comunicado con motivo del 52 aniversario de la fallida insurrección tibetana contra China, el Dalai Lama ha explicado que en la próxima sesión del Parlamento, que comenzará el próximo lunes, 14 de marzo, propondrá "formalmente" que se enmiende la Constitución para hacer posible su deseo de "transferir la autoridad" a un líder electo.

A sus 75 años, el líder espiritual y político de los tibetanos, exiliado en la India, ha aseverado que su decisión "no tiene nada que ver con un deseo de eludir responsabilidades" y ha recordado que ha venido proponiendo su retiro desde hace tiempo. "Desde la década del 1960, he puesto énfasis en que los tibetanos necesitan un líder libremente elegido por el pueblo tibetano, a quien yo pueda delegar el poder. Ahora, claramente ha llegado el momento de poner esto en práctica", ha expresado el DalaiLama.

Ha negado que esto signifique que se sienta "descorazonado" y ha prometido seguir cumpliendo con su parte en la "causa justa del Tíbet.

Por una "autonomía genuina"

En el comunicado, el Dalai ha repasado los pocos avances en las negociaciones con China sobre el futuro del Tíbet, para el que ha vuelto a reivindicar una "autonomía genuina". También ha mencionado la "notable lucha no-violenta por la libertad y la democracia" en varios países del Norte de África, en alusión a las rebeliones en Túnez, Egipto y Libia. "Debemos esperar todos que estos cambios inspiradores conduzcan a la libertad, la felicidad y la prosperidad genuinas de los pueblos de esos países", ha confiado.

El Dalai Lama se ha visto en los últimos años aquejado de problemas de salud, lo que le ha obligado a relajar su agenda oficial, aunque sus viajes al extranjero, reuniones con mandatarios y seminarios de filosofía y práctica budista siguen siendo habituales. Reside en Dharamsala, en las faldas del Himalaya de la India, país que acoge a unos 130.000 refugiados tibetanos.