revueltas en el mundo árabe

Los rebeldes rechazan dialogar con Gadafi, que amenaza con bombardear a los manifestantes

Las tropas del mandatario libio se preparan para un contraataque que les devuelva el control de parte del país

TRÍPOLI Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los rebeldes que controlan el este de Libia rechazan el diálogo con Muamar Gadafi, quien hoy ha vuelto a amenazar con bombardear la población de Zauiya, localidad al oeste del país que las fuerzas del régimen mantienen sitiada y cuyo control parece crucial para el desenlace del conflicto.

La dirigente de la coalición rebelde Salwa Bugaighis ha asegurado que ningún representante del líder libio se ha puesto en contacto con ellos para dialogar, pero ha subrayado que, en cualquier caso, "Gadafi ya habló en la calle", en referencia a la brutal represión de las protestas, con cientos de muertos y heridos.

Las declaraciones de Bugaighis se producen un día después de que el coronel encargara al responsable de los servicios secretos exteriores, Buzid Durda, entablar un diálogo con los rebeldes del este del país, según el canal catarí Al Jazeera. La coalición, con sede en Bengasi, la segunda ciudad del país, se encarga de coordinar las actividades de los distintos consejos populares que administran las poblaciones bajo control rebelde. Carente aún de un líder reconocible y de una organización definida, mantiene contactos para la formación de un Consejo Nacional temporal con representantes también de Trípoli, que se encargaría de la transición política hacia la creación de un Estado. Mientras tanto, en Zauiya, en el otro extremo del país, se libra una cruenta batalla por el control de la ciudad, en manos de los rebeldes y que las fuerzas leales a Gadafi intentan recuperar.

El líder libio ha amenazado con bombardear desde el aire a los manifestantes en esa ciudad, a 50 kilómetros al oeste de la capital. La amenaza ha sido transmitida a los líderes de la revuelta local por Mohamed Mektuf, quien actúa como mediador entre el régimen y los rebeldes de esa ciudad, ha dicho un residente a Al Jazeera.

Hace tres días, Mektuf pidió a los habitantes de esa ciudad, por orden de Gadafi, que organizaran manifestaciones en su apoyo con motivo de la visita de un pequeño grupo de periodistas extranjeros, pero los residentes lo rechazaron. Según el testigo, las fuerzas fieles a Gadafi, que sitian la ciudad, han comenzado a impedir desde hace dos días su aprovisionamiento en víveres y medicinas. La ciudad, ha asegurado, tiene reservas alimenticias sólo para unos diez días y sus habitantes temen una catástrofe humanitaria.

Crisis humanitaria

Entretanto, dos buques de asalto anfibio de la Marina de Estados Unidos, el 'USS Kearsarge', capaz de trasladar a unos 2.000 marines, y el 'USS Ponce', atravesarán el miércoles, el Canal de Suez (Egipto) con destino al Mar Mediterráneo, según ha informado una fuente gubernamental egipcia. Ayer, lunes, Estados Unidos anunció que aproximaría fuerzas navales y aéreas a Libia, donde continúa la rebelión. La fuente gubernamental egipcia ha explicado que los dos buques entrarán en el Canal de Suez a las 3.30 hora local.

Esta misma tarde, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, ha anunciado que su país enviará dos buques de asalto anfibio, con cientos de marines a bordo, al Mar Mediterráneo, donde podría realizar evacuaciones y misiones de ayuda humanitaria en Libia.

En la frontera libio-tunecina, a cuyos alrededores parece concentrarse ahora la lucha por el control del territorio, la crisis humana es inminente, ha advertido el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). "La situación está alcanzando un punto de crisis", ha asegurado la portavoz del organismo, Melissa Fleming, al asegurar que unas 140.000 personas han huido desde Libia hacia Túnez y Egipto desde que comenzó la crisis.

Hoy, unos 6.000 refugiados, en su mayoría egipcios, se encuentran bloqueados en el paso de Ras el Jedir, en Túnez. "La frontera no está cerrada, sino que se deja pasar a la gente poco a poco. Se ha tomado esta medida para evitar que la situación quede fuera de control", ha confirmado un voluntario tunecino.

Acción internacional

Mientras tanto, la comunidad internacional continúa barajando la posibilidad de una acción militar, que parece difícil, ya que los países ni siquiera se ponen de acuerdo sobre la creación de un espacio de exclusión aérea para los aviones libios, a la que hoy se opuso el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov. En cualquier caso, el Pentágono ha desplazado unidades navales y de la Fuerza Aérea cerca de Libia, como parte de una "planificación de contingencia" y para tener "flexibilidad una vez que se tome alguna decisión en relación con Libia", ha asegurado el portavoz de Defensa Dave Lapan.

Y hoy fuentes de la OTAN han informado de que su Fuerza Naval de Respuesta Inmediata realizará en los diez próximos días ejercicios en las costas del sureste español, en las que participarán 3.500 militares de once países y más de veinte buques de guerra, para estar lista para participar en una eventual situación de crisis.

Por su parte, la Asamblea General de la ONU ha expulsado a Libia del Consejo de Derechos Humanos (CDH) del organismo internacional por la brutal represión de las protestas populares por parte del régimen de Muamar el Gadafi. La resolución que decreta la suspensión indefinida de Trípoli del órgano de derechos humanos con sede en Ginebra fue adoptada por consenso por los 192 países que conforman la organización multilateral.

Esta medida sin precedentes responde a la petición que le trasladó el pasado viernes el CDH, después de que sus 47 miembros acordaran en una sesión extraordinaria solicitar la suspensión de la participación de Libia en el organismo en respuesta a la violenta respuesta de Gadafi al levantamiento popular contra su régimen. La acción de la Asamblea General se suma a las duras medidas adoptadas por el Consejo de Seguridad contra el régimen de Gadafi, con las que se quiso enviar un firme mensaje a Trípoli de que la comunidad internacional no tolera las violaciones sistemáticas de los derechos humanos ni los ataques contra la población civil.