Imagen difundida por la televisión estatal libia en la que aparece Muamar Gadafi bajo un paraguas. / Foto: Reuters | Vídeo: Atlas
revueltas en el mundo árabe

Gadafi llama a limpiar «casa por casa» a las «ratas» que generan los disturbios en Libia

La televisión estatal muestra 30 segundos de imágenes de Gadafi, en las que desmiente las informaciones de "las emisoras de los perros"

TRÍPOLI Actualizado: Guardar
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"No me voy a ir de aquí. Moriré como un mártir". Con estas palabras desafiantes ha reaparecido esta tarde el líder libio, Muamar Gadafi, en un largo discurso desde las ruinas de una de sus casas en Trípoli bombardeada por Estados Unidos en 1986 y convertida ahora en una especie de museo que el régimen denomina 'Casa de la Resistencia', para dejar claro que no abandonará el poder, que está "dispuesto a morir en Libia" y a combatir a "las ratas que crean los disturbios" hasta la "última gota" de su sangre.

En su segunda intervención televisada después de que ayer apareciera sólo para anunciar que no estaba en Venezuela, Gadafi ha defendido que no es el presidente de Libia sino el líder de la Revolución. "Eso quiere decir: sacrificio hasta el final", ha espetado. "Hay que restituir las armas robadas inmediatamente, liberar a los elementos de las fuerzas de seguridad secuestrados", ha manifestado el líder libio y, en caso contrario, ha advertido de que anunciarán "un movimiento para limpiar Libia, casa por casa", que conducirá él mismo.

"Para ese movimiento me apoyaré en millones de habitantes del desierto libio", ha amenazado Gadafi, que ha calificado a los manifestantes de "grupos de gente drogada, que atacan como las ratas las comisarías y los cuarteles". También les ha acusado de ser agentes de los servicios extranjeros y añadió que son "jóvenes de 16 o 17 años, aislados de su familia, que copian lo que pasó en Túnez y Egipto. "Si la situación nos empuja a utilizar la fuerza lo haremos, conforme a las leyes internacionales", ha manifestado.

Condenas a muerte

Gadafi ha empleado en varias ocasiones, como ya hiciera su hijo Seif el Islam, el miedo al caos para intentar atemorizar a la población que se manifiesta. "Queréis que los americanos ocupen el país como en Afganistán e Irak", ha señalado enfadado y vociferante al tiempo que ha advertido contra el peligro de Al Qaeda y los islamistas radicales.

El dirigente libio ha acusado además "a los países árabes y extranjeros de intentar desestabilizar Libia", especialmente a través de sus medios de comunicación, y ha afirmado que las cadenas de televisión internacionales "están trabajando para el diablo". "No voy a dejar mi país, moriré como un mártir", ha recalcado Gadafi en un discurso de casi una hora con varias paradas en las que se quedaba como mirando al vació.

En numerosos pasajes de su intervención ha lanzado amenazas a los manifestantes y ha advertido de que "quienes se levanten en armas contra el país serán condenados a muerte". "Este es nuestros país y el país de nuestros abuelos. No vamos a dejar que lo destruyan", ha proclamado. Y sólo una vez en su largo discurso ha citado la posibilidad de reformas asegurando que "no tiene "nada en contra" para que "el pueblo haga" una nueva Constitución y nuevas leyes. "Mañana, si así se desea, puede nacer una "nueva Yamahiriya" (República) en el país, los libios son libres ya que el poder está en manos del pueblo", ha concluido.

Nuevos enfrentamientos en Trípoli

Para el activista opositor libio exiliado en Londres Yomaa al Qamati, el discurso de Gadafi "refleja el grado de desesperación que está viviendo". Ha señalado que el dirigente libio ha dado a entender que la permanencia de él y su familia en el poder es "la única alternativa a la destrucción del país". "Este hombre necesita ser ingresado en un hospital psiquiátrico. Tenemos informaciones que apuntan a que, si se siente acabado, recurrirá a incendiar los pozos petroleros, y esto causará una catástrofe ambiental, económica y política", ha agregado el activista.

Al término del discurso del líder libio, se han registrado enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad y un intenso intercambio de disparos en el barrio de Bin Ashur y en la avenida Al Yumhuriya en el centro de Trípoli. Por otro lado, varios manifestantes han proferido gritos y burlas en la ciudad oriental de Bengasi durante el discurso. Según testigos presenciales a Al Jazeera, los manifestantes también han lanzado zapatos contra la imagen del mandatario, un gesto de desprecio en el mundo árabe. Cerca de 300 personas han muerto en los últimos días en Bengasi por los disparos y los bombardeos dirigidos contra las protestas civiles que estallaron en esa ciudad, que se encuentra bajo control de las fuerzas de la oposición.

El gobierno sigue resquebrajándose

Mientras tanto, las deserciones en el seno del gobierno libio continúan produciéndose. La última ha sido la del ministro del Interior, Abdulá Younis, que ha anunciado su dimisión y su adhesión a la denominada 'revolución del 17 de febrero', que reclama la salida de Gadafi, según ha asegurado la cadena de televisión Al Jazeera. El ministro, identificado como el 'número dos' del régimen, ha pedido al Ejército a través de un vídeo que se sume a los manifestantes y respalde sus demandas "legítimas".

El lunes, el ministro de Justicia libio, Mustafá Abdul Jalil, dimitió de su cargo en protesta por "el uso excesivo de la violencia contra los manifestantes" antigubernamentales. A estas salidas se suman las deserciones de varios altos cargos militares y de diplomáticos libios en el extranjero. Al menos siete embajadores de Libia han presentado en las últimas horas su renuncia. Hoy, el embajador de Libia en Washington, Ali Suleiman Aujali, ha pedido la marcha de Gadafi y ha reclamado a la comunidad internacional que actúe en la crisis política que atraviesa el país norteafricano.