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Santiago del Valle: «Quien diga que estuve con Mariluz, que lo demuestre»

El acusado por la muerte de la niña onubense de cinco años afirma que confesó su culpabilidad bajo presión policial

HUELVA Actualizado: Guardar
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Una Audiencia tomada por la Policía y los medios de comunicación y una fuerte tromba de agua fueron los encargados de recibir en el primer día de juicio a la familia de la pequeña Mariluz Cortés, la pequeña de cinco años fallecida en Huelva en 2008 y de cuya muerte se responsabiliza a los hermanos Santiago del Valle, presunto pederasta, y Rosa. El principal acusado se ha desdicho de su primera confesión y ha asegurado que no supo nada de la niña ni estuvo con ella, y que se autoimplicó por coacciones policiales.

La expectación era enorme a las puertas de la Audiencia Provincial de Huelva, a donde los acusados llegaron aún de madrugada –6.50 horas— para evitar posibles altercados. Y es que aunque el padre de la menor ha pedido calma, también es cierto que dice que “hay que entender” posibles comportamientos “no razonables” de algunos ante tanta rabia acumulada durante estos tres años.

Los acusados han sorprendido a todos por su brevedad. Ambos han permanecido todo el tiempo exposados, y sentados con un asiento entre ellos. A diferencia de sus anteriores declaraciones, en las que confesó que había matado a la niña, el hombre hoy ha insistido en su inocencia ante el juez, y ha subrayado que se autoinculpó e incurrió en contradicciones por la presión policial. “La Policía me deía que yo tenía que declararme culpable y me sentí como tal”, afirmó, “hubiera firmado hasta lo de la Madeleine (MacCann)”.

Del Valle, que solo respondió a las preguntas de su abogado y del ponente del tribunal, ha repetido no tener “ni idea de lo que le pasó a la niña” y que la tarde del 13 de enero, cuando desapareció Mariluz al ir a un quiosco cercano a su casa a comprar chucherias, “salió a dar un paseo con su mujer” y después se enteró de que “estaban buscando a una niña que se había perdido” porque habían ido a su casa a preguntar por ella.

"Yo también sé lo que es perder una hija"

En este punto, incluso ha retado a que “si alguien puede demostrar que estuve con ella que lo haga”. Según su versión de hoy, a la madrugada siguiente se fue de la barriada El Torrejón ante las amenazas por parte de la familia de la niña. También ha dicho que antes de su detención en Pajaroncillo (Huelva) cumplió sus obligaciones policiales sin ningún temor porque no había hecho nada. Santiago del Valle, que cuando desapareció Mariluz tenía que haber estado cumpliendo condena por abusos sexuales a su propia hija, aseguró comprender el sufrimiento de la familia Cortés, porque “yo también sé lo que es perder una hija”, en referencia a que otra de sus hijas murió atropellada.

Por su parte, su hermana Rosa del Valle se ha acogido a su derecho a no declarar, aunque se ha ratificado en su declaración ante el juez instructor. En ella, aseguró que la tarde que desapareció la menor llevó a su hermano a un centro comercial. Santiago, que se mostraba sereno y nada nervioso, llevaba un carrito de la compra que metió en el maletero, pero ella nunca vio el contenido del mismo ni a la pequeña.

La mañana ha transcurrido con absoluta normalidad, motivada tal vez por el impresionante despligue policial y el cordón de seguridad que rodea la sede judicial. Dentro, los padres de la niña ha asistido a una primera sesión brevísima arropados por casi medio centenar de amigos y familiares. Dado que los progenitores están citados a declarar como testigos y por tanto no pueden entrar en la sala de vistas, todos se han concentrado en un pequeño cuarto aledaño utilizado para atender a víctimas de delitos. Evidentemente, apenas cabían, lo que ha motivado sus quejas acerca de la mala organización y el deficiente trato ofrecido.