Interior de la Bolsa de Madrid. / Archivo
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Apresurado cierre en tablas

El selectivo madrileño se deja un 0,06% y se queda en 10.770 puntos arrastrado por las caídas del sector financiero

MADRID Actualizado: Guardar
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Sesión volátil para el Ibex-35, que ha estado oscilando entre los 10.905 puntos, sus máximos intradiarios, poco después de comenzada la sesión, y los 10.770, sus mínimos, a las cinco de la tarde, para dar un último cambio en los 10.854,70 puntos, lo que supone un escasísimo descenso del 0,06% y, también, un verticalísimo 'rally' de última hora.

El comportamiento fue mejor durante la mañana que durante la tarde. En España, el Boletín del Banco de España reveló que la economía española creció un 0,2% entre octubre y diciembre, tras el estancamiento registrado en el trimestre anterior, aunque arrastra un retroceso del 0,1% en el conjunto de 2010. El descenso de la economía de 2010 estimado por el Banco de España es dos décimas inferior a la previsión del Gobierno, que esperaba una caída del 0,3%. Una buena noticia que no cotizó demasiado en el parqué, o que lo hizo fugazmente. Ese buen dato fue seguido por otro malo, el de producción industrial, que cayó un 0,1% en diciembre, cuando los analistas esperaban un avance del 1,5% interanual.

El mercado estaba pendiente de la reunión de los líderes europeos sobre el plan de rescate. No hay nada decidido todavía, pero lo que está claro es que, a cambio de su ampliación, a cambio de su flexibilización, es posible que triunfe la idea de la canciller alemana Angela Merkel de ligar los salarios a la productividad y no a la inflación, para que la zona euro gane competitividad. En el mercado de deuda, el interés del bono español se mantuvo en el entorno del 5,15%, pero el del bono alemán subió hasta el 3,26%, con lo que el diferencial bajó unas pocas décimas respecto al cierre del jueves, hasta el 1,88%. Y la cotización del seguro contra el impago cayó hasta los 222 puntos.

Efectos del desempleo en EEU

Pero la principal referencia de la sesión venía de Estados Unidos. Sin lugar a dudas, el paro americano es el indicador más seguido por los inversores de todo el mundo. Y ayer ofreció una lectura bastante equívoca. Por un lado, la tasa de paro bajó desde el 9,4% hasta el 9%, lo que puede constituir, a primera vista, una muy buena noticia, sobre todo teniendo en cuenta que los analistas esperaban que creciera una décima, hasta el 9,5%. En cambio, la creación de empleo decepcionó bastante: en enero se crearon 36.000 nuevos puestos de trabajo no agrícolas, cuando los analistas esperaban que ascendieran a 146.000. Los expertos atribuyen esta decepción al mal tiempo que ha imperado en Estados Unidos durante todo el mes de enero. La decepción pudo mitigarse algo con la revisión al alza de la cifra del mes anterior, cuando se crearon 121.000 empleos, frente a los 103.000 de la primera estimación. Se crearon menos empleos de los previstos al tiempo que la tasa de paro bajó con fuerza. ¿Qué ocurrió? Según explican los analistas de Bankinter, se debió a dos factores: al descenso de la población desempleada y al ajuste de la población activa, según los datos del último censo. "Por tanto, el efecto positivo de esta tasa es más bien consecuencia de un efecto estadístico, y no se debe tanto a una mejora clara del mercado laboral", aseguran. Aunque habría que extraer otra noticia positiva: en el sector manufacturero, el que de verdad está tirando de la economía, creó 49.000 nuevos empleos en enero, cuando los analistas habían estimado que apenas se crearan 10.000 puestos de trabajo. En todo caso, la realidad le sigue dando la razón al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, quien sigue insistiendo en que la recuperación económica de Estados Unidos sigue sin mostrar la suficiente solidez.

A la Bolsa de Nueva York le pasaba lo mismo que a la española: sus primeros cambios fueron muy volátiles. En su camino se interponía el incremento del interés de los bonos, lo que implica un encarecimiento de la financiación, precisamente, lo que quiere evitar Ben Bernanke con su programa de compra de bonos.

Aunque en el resto de Europa hubo volatilidad, fue inferior a la vivida en España, sobre todo en la primera parte de la sesión. Por eso, en el Dax, por ejemplo, el impacto de la publicación del dato del paro americano fue mucho mayor, fue perfectamente perceptible, con un bajón importante. Y, a partir de ahí, la volatilidad comenzó a mandar en el Dax.

El Ibex, tanto en la primera como en la segunda parte de la sesión, lo hizo peor que el resto de los índices europeos. Así, el selectivo español fue el único que cerró en rojo, aunque sus pérdidas fueron mínimas. En cambio, el Ftse Mib de Milán se apuntó un 0,78%, mientras que el Dax alemán ganó un 0,31%, el PSI-20 de Lisboa, un 0,30%, mientras que el Cac 40 francés y el Ftse 100 británico avanzaron algo más de un 0,2%.

La banca, a la baja

¿Por qué el Ibex volvió a hacerlo peor que el resto de los indicadores del Viejo Continente? Por su peso, siempre hay que mirar a la banca en estos casos. Efectivamente, encabezó las pérdidas del selectivo. Así, BBVA y el Sabadell retrocedieron algo más de un punto porcentual, mientras que Bankinter y el Santander cayeron un 0,96% y un 0,79%, respectivamente. El Popular fue la excepción, al apuntarse un 1,64%, coincidiendo con la sesión en que presentaba resultados, pese a haber reducido sus beneficios en un 23% en 2010 respecto a 2009, hasta los 590 millones de euros, tras haber destinado más de 1.800 millones de euros a provisiones.

Junto a los bancos, otros grandes valores jugaron en contra del Ibex: por ejemplo, Iberdrola, que cayó un 0,25%, y Telefónica, que perdió un 0,05%.

Aunque Ferrovial fue el valor que más perdió, con un retroceso del 1,86%. En el otro lado de la tabla, Grifols lideró los ascensos, con una revalorización del 5,04%, hasta los 11,89 euros. A continuación, ACS, que rebotó un 3,43%, tras la desinversión de Alba. Sacyr Vallehermoso y Técnicas Reunidas también ganaron más de un 3%. Entre los mejores, otras constructoras, como Acciona o FCC, que ganaron un 2,81% y un 2,66%, respectivamente.

Fuera del selectivo, las inmobiliarias volvieron a dispararse, sobre todo Quabit, que ganó más de un 33%. A continuación, Urbas, que se apuntó un 9,33%. Aisa y Colonial ganaron más de un 6%, mientras que Renta Corporación se revalorizó más de un 5%.

La tensión continúa en Egipto, pero el mercado de petróleo parece haber llegado a un tope, dado que no se atreve a alejarse mucho de los 100 dólares en Europa. En Estados Unidos, el barril de West Texas tampoco se va mucho más allá de los 90.

En el mercado de divisas, el euro retrocedió un 0,26% respecto al dólar, con lo que el tipo de cambio volvió a caer por debajo de 1,36 unidades.