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Un milagro de trece minutos

El corto 'Porque hay cosas que nunca se olvidan' entra en el Libro Guinnes al conseguir 300 premios en festivales

MADRID Actualizado: Guardar
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Lucas Figueora nunca había pensado que podía entrar en el Libro Guiness de los Récords. Sobre todo, no se lo podía imaginar siendo director de cine. Pero desde hoy, este director afincado en Madrid comparte páginas con Khagendra Thapa Magar (el hombre más bajo del mundo), el Bugatti Veyron 16.4 Super Sport (el coche de serie más rápido) y la All Cooks Federation de Turquía, que logró el buffet más variado del mundo. Su cortometaje Porque hay cosas que nunca se olvidan es desde hoy el cortometraje más premiado de la historia del cine. Ha conseguido cerca de 300 premios en festivales de todo el mundo, desde Suazilandia, Bermudas, Texas, Macedonia, Rumania, Italia, Zaragoza, Medina del Campo o Aguilar de Campoo.

El director se ha mostrado raro por recibir «un premio a todos los premios» y se lo ha dedicado a todos los compañeros que tuvieron «el esfuerzo y la voluntad» de participar en el proyecto de forma desinteresada. «Y todos sabían que los cortos están destinados al fracaso comercial», ha apuntado Figueroa, que ha reclamado más atención para el mundo del cortometraje en español. El argumento de la cinta es muy sencillo: en un pueblo italiano de los años 50, cuatro niños juegan al fútbol. La pelota se cuela en el patio de una anciana vecina, que les pincha el balón. Entonces, los cuatro chavales urden una venganza. Esta historia tan sencilla, que contó con la participación de Amedeo Carboni y y Fabio Cannavaro, ha conseguido que se entienda en todo el mundo. «Es una situación que le puede pasar a cualquiera en cualquier lugar. Ese es el secreto». ha señalado Figueroa, que ha visto relanzada su carrera con este éxito.