El Athletic duerme en Europa

Un arranque sobresaliente, mezcla de calidad, raza, empuje y pegada, permitió al Athletic solventar su duelo ante el Racing y acercarse a su objetivo de regresar a Europa la próxima temporada. Marcó dos buenos goles y a partir de ahí se relajó tanto que jugó con fuego y acabó pidiendo la hora. Tuvo suerte de que los cántabros sean bastante inofensivos, tanto que son los menos goleadores de la categoría junto al Deportivo.

No habían transcurrido ni diez minutos y los bilbaínos ya daban por hecho el triunfo. Una acción de estrategia, clásica en San Mamés, muy bien resuelta de cabeza por Javi Martínez, que repetía el gol salvador de Málaga, y una combinación perfecta que acabó con un zambombazo extraordinario de Muniain, presagiaban la goleada. Quedaba claro que, un año más, y ya van siete, los montañeses no podrían con los vascos.

Trataron los de Caparrós de practicar fútbol control, de nadar y guardar la ropa, pero es evidente que ese tipo de juego no les va, que atenta contra su idiosincrasia. El Athletic atemoriza a sus rivales cuando juega a toda mecha y hace temblar a sus hinchas si pretende contemporizar. De forma paulatina, los del discutido Portugal se fueron aproximando a Iraizoz. Pero nunca se creyeron capaces de la gesta.

De las botas de Kennedy, el sueco de procedencia asiria, nacían sus mejores opciones, como un tiro al travesaño ante el que Gorka hizo la estatua. Entre que a los locales se les cayeron por lesión Llorente y Aitor Ocio y que el Racing introdujo variantes ofensivas, el balón cambió de dirección. Rosenberg dejó patente que lo suyo es la porfía pero no el remate y tuvo que ser Iván Bolado el que acortase distancias a un cuarto de hora del final. Quedó tiempo para la emoción y la expulsión de Munitis por golpear a Javi Martínez. Malos tiempos para los cántabros, peleados con ‘La Catedral’.