atentado en tucson

Arizona despide con emoción a la niña nacida el 11-S

La congresista tiroteada ya abre los ojos, mueve las piernas y brazos, y se muestra atenta a los sonidos

TUCSON Actualizado: Guardar
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Estados Unidos despidió este jueves a Christina Taylor Green, la niña nacida el 11 de septiembre de 2001 que falleció en el tiroteo de Tucson el sábado, y a quien el presidente Barack Obama dedicó gran parte de su emotivo discurso en un homenaje a las víctimas la víspera.

El funeral de Christina, de nueve años, realizado con el fondo de una enorme bandera recuperada de las Torres Gemelas, tenía lugar al tiempo que los médicos informaban que la legisladora baleada en la cabeza durante el ataque empezó a mostrar importantes progresos en su recuperación, al abrir sus ojos, mover las piernas y brazos y atenta a los sonidos.

Cientos de personas, muchas vestidas de blanco a solicitud de la familia, y con flores en sus manos, se dieron cita en las afueras de la iglesia St. Elizabeth Ann Seton Catholic Church de Tucson, de donde salieron en una procesión silenciosa después de una hora de misa. "Estuvo muy bien, muy bonito, su padre estuvo impresionante, dijo lindas palabras. Realzaron su persona, la recordaron, de eso se trató" la ceremonia, dijo Jodie Kirk, una mujer que atendió a la niña en el club YMCA, a la salida de la iglesia.

Residentes de todas partes del estado de Arizona, donde sucedió el crimen, se acercaron al funeral, muchos confesándose conmovidos aún más con el homenaje público "y las maravillosas palabras del presidente Obama", explicaron. "Vinimos a apoyar a la familia, a asegurarnos de que todo esté a salvo. Queríamos estar aquí en caso de que llegaran los de la Iglesia Westoboro", dijo Tina Childers, una mujer de unos 45 años, que llegó con un grupo en moto al funeral de Christina Taylor Green.

La Iglesia Baptista de Westboro, una organización que está convencida de que Estados Unidos está siendo castigado por permitir el aborto, las bodas gay y que incluso se pronuncia contra la confesión católica, había anunciado una protesta en el funeral de Green, pero desistió una vez le concedieron espacio para expresarse en una radio y después de que los legisladores estatales aprobaran una ley prohibiendo estas manifestaciones en funerales.

El "gran paso" de la congresista

"En Christina, todos nosotros vemos a nuestros hijos. Curiosos, llenos de confianza, enérgicos y llenos de magia", declaró Obama el miércoles en una de sus tantas referencias a la niña en el homenaje a los seis muertos y 14 heridos del tiroteo del sábado en las afueras de un supermercado de Tucson, una ciudad fronteriza con México, 185 km al sur de Phoenix. Entre los fallecidos destacó también el juez federal John Roll, para quien realizarán en la tarde un rezo del rosario.

En tanto, la congresista que resultó herida en la cabeza, Gabrielle Giffords, dio "un gran paso" en su recuperación. La congresista de 40 años abrió los ojos por primera vez cuando el presidente Barack Obama la visitó el miércoles en la tarde y luego ha empezado a estar cada vez más consciente de su entorno y es capaz de responder. "Este es un gran salto hacia adelante, se trata de un hito importante", dijo el neurocirujano Michael Lemole, encargado del tratamiento de la legisladora, quien permanece en estado crítico después del tiroteo del sábado, que mató a seis personas y dejó otros 13 heridos.

Al interior de la iglesia donde se celebró el funeral de la pequeña se encontraban sus compañeros de escuela, vecinos, familiares y sus padres, Roxanne y John Green, así como su hermano mayor de 11 años, que han aparecido en innumerables entrevistas elogiando los talentos de Christina. Christina Taylor fue una de las seis personas que murieron durante el tiroteo tramado por razones desconocidas por Jared Loughner, un joven de 22 años que atentó contra la congresista Giffords en pleno mitin político el sábado.

La niña, nacida el trágico 11 de septiembre de 2001, fue uno de los 50 bebés que aparecieron en el album nacional titulado 'Rostros de la Esperanza', representando a los 50 estados del país con niños nacidos el día de los atentados en Washington y Nueva York que dejaron casi 3.000 muertos. Junto a cada foto había deseos para esos niños, según dijo Obama, y leyó uno que decía: "Espero que sepas toda la letra del Himno Nacional y lo cantes con la mano sobre tu corazón. Espero que saltes en los charcos de la lluvia".

"Si hay charcos de lluvia en el cielo, Christina está saltando sobre ellos hoy", dijo Obama, padre de dos niñas, con un ligero cambio en su tono de voz que reveló su emoción. Nieta de un famoso jugador de béisbol de Filadelfia, la niña llegó muerta al hospital.