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Por primera vez una mujer puede ser la presidenta de Brasil

La candidata oficialista, la ex ministra Dilma Rousseff, figura como clara favorita gracias a la popularidad récord de Luiz Inácio Lula da Silva

RÍO DE JANEIRO Actualizado: Guardar
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Unos 135,8 millones de brasileños acuden a las urnas para unas elecciones presidenciales, legislativas y regionales que pueden convertir por primera vez a una mujer en jefe de Estado del mayor país de América Latina. La candidata oficialista a la Presidencia, la ex ministra Dilma Rousseff, respaldada por la popularidad récord del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el éxito de sus programas sociales y el buen momento de la economía brasileña, figura como clara favorita para imponerse en las elecciones del domingo.

La única duda que dejan las encuestas es si la candidata de Lula obtendrá la mitad más uno de los votos válidos -excluidos los en blanco y los nulos-, que es la cantidad necesaria para ser elegida sin necesidad de disputar una segunda vuelta, prevista para el 31 de octubre. La última encuesta de la firma Datafolha le atribuía a Rousseff, sin experiencia alguna en las urnas, el 52% de los votos válidos, pero como el sondeo tiene un margen de error de dos puntos porcentuales, estaría justo en el límite para ganar la Presidencia en la primera vuelta.

Su intención de voto, de cualquier forma, es muy superior a la de sus dos principales rivales: José Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien obtendría el 31% de los votos válidos, y la senadora Marina Silva, del Partido Verde (PV), que recibiría el 15%.

La propia Rousseff ha tomado la precaución de no celebrar los resultados anticipadamente pese a que hasta hace pocos días, antes de que sufriera un bajón en las encuestas, miembros del Partido de los Trabajadores (PT), daban su elección como un hecho en las elecciones de hoy e incluso preparaban una fiesta popular. La candidata oficialista ha dicho, antes de votar en Porto Alegre, que espera el escrutinio con tranquilidad, independientemente de que sea elegida este domingo o tenga que disputar una segunda vuelta. Mientras que Lula da Silva ha señalado que "vivimos un momento extraordinario de consolidación de la democracia brasileña. Este espectáculo de la democracia no lo tiene cualquier país", tras depositar su voto en Sao Bernardo do Campo, ciudad del cinturón industrial de Sao Paulo.

Serra, el segundo según las encuestas

La bajada de Rousseff en las encuestas de intención de voto de las últimas semanas, atribuida a escándalos de corrupción que salpicaron a una importante ex asesora suya, así como a los rumores de que es partidaria de despenalizar el aborto, animaron los últimos días de una campaña en la que nada parecía salirse de la senda trazada por Lula.

Serra, ex gobernador de Sao Paulo derrotado por Lula en las presidenciales de 2002, intensificó sus actos electorales con la esperanza de pasar a la segunda vuelta y poder equilibrar la disputa, ya que para la ronda decisiva tendría derecho al mismo tiempo de propaganda electoral gratuita que Rousseff, que en la primera tuvo más minutos que todos sus rivales juntos. El candidato opositor agotó las horas previas a los comicios en actividades con electores en Sao Paulo, como una marcha con discapacitados en la Avenida Paulista en la que reiteró su confianza en que la Presidencia se decidirá en la segunda vuelta.

Marina Silva, la más favorecida con la pérdida de puntos de Rousseff en las encuestas y que disfruta de un repunte en los sondeos, volvió a pregonar ayer, en un acto de campaña en Río de Janeiro, una "ola verde" que le permita disputar con la aspirante oficialista la segunda vuelta, aunque para ello tendría que superar primero a Serra.