FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

Pesadilla en Kazán II

El Barça, lento y romo, vuelve a tropezar en el fortín del Rubin

KAZÁN Actualizado: Guardar
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El Rubin volvió a ser un fortín frente al que se estrelló un Barça demasiado lento y romo arriba. Ni sin Messi, reservado de inicio, ni con la ‘Pulga’, los catalanes pudieron vencer la resistencia del equipo más defensivo que se recuerda. Y menos mal que Iniesta se fabricó un penalti tan poco claro como el que adelantó a los rusos y preludió un empate de Villa que deja bien encarrilado el pase a octavos en un grupo de Liga Europa, que diría Mourinho.

Añoranza de aquellos viejos tiempos en los que la escuela de fútbol rusa proponía un fútbol alegre, inocente si se quiere, pero atractivo. Los seguidores de Berdyev resaltan el carácter moderno e innovador del técnico del Rubin, obseso de la táctica y los vídeos. Si la vanguardia consiste en defender permanentemente con seis tíos junto a la frontal del área y cuatro por delante, ¡vivan los clásicos!

Guste o no, el caso es que el entrenador del ‘tasbih’, objeto similar a un rosario pero de uso tradicional entre los fieles de la religión islámica, es como una tortura para los de Guardiola, obligado a buscar nuevas fórmulas o detalles que desarbolen a sus rivales. Sorprendió Iniesta como falso delantero centro, con Pedro a la derecha y Villa a la izquierda, aunque siempre todos dispuestos a las permutas.

Muralla rusa

Desde el arranque, el Barça se apoderó del balón y el campeón ruso construyó una muralla cerca de su portero. Paciencia, circulación al más puro estilo del balonmano ante un 6-0 en toda regla, pero acciones muy lentas. Juego pasivo, vaya. La historia del feo partido pudo haber cambiado si, a los 12 minutos, Pedro hubiera acertado al rematar, con la zurda y muy forzado, un gran pase de Villa. Pero el balón se fue al travesaño y no cambió el guión.

Dominio nítido, posesión absoluta pero pocas ocasiones ante un adversario que se encontró con un penalti de esos que en directo parecen claros pero, tras ser repetidos por la tele, derivan en ‘piscinazos’. Kirilienko cayó entre Alves y Piqué y el colegiado turco en el engaño. Noboa, el ecuatoriano de la ‘Torre de Babel’ de Kazán, estrelló el penalti contra Valdés con tal potencia que el balón acabó por la escuadra.

Pudieron empatar los catalanes ya antes del descanso, pero Pedro lanzó fuera una gran dejada de cabeza de Villa. Idéntico guión en la reanudación, a la espera de que la suerte cambiara. Y llegó la compensación del árbitro en otra acción dudosa que contribuirá al debate sobre si Iniesta teatraliza o no. El ‘Guaje’ no tiró bien pero el balón entró llorando tras rozar el portero.

Con 1-1 y la entrada de Messi en lugar de Mascherano, sin cometido claro en toda la tarde, el choque pintaba azulgrana. Berdyev miró al banquillo y tiró al fin de Martins, un veterano delantero nigeriano curtido en Italia e Inglaterra que la tuvo de cabeza pero apuntó al palo. Haber echado mano de Carlos Eduardo, un fino enganche brasileño, era demasiada osadía. Iniesta pudo castigar a los cicateros rusos tras una pared imposible con Messi, pero no era el día. ‘Pesadilla en Kazán II’.