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El Valencia empata un partido tormentoso

El conjunto 'ché' empató con un jugador menos ante el Werder Bremen tras fallar múltiples ocasiones

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La suerte no acompañó al Valencia en el choque de ida de la Liga Europa ante el Werder Bremen. Los pupilos de Unai Emery fueron inmensamente superiores a los alemanes, que se adelantaron gracias a un dudoso penalti. Los locales se sobrepusieron al tanto rival y a una polémica expulsión de Banega gracias a la garra, el empuje y a un carácter ganador desconocido esta temporada. Los valencianistas disfrutaron de innumerables ocasiones para lograr la victoria, pero el balón se negó a entrar en la portería de Wiese.

En el Valencia no se quería hablar de venganza por enfrentarse al equipo que les eliminó de la 'Champions' hace seis años, pero lo cierto es que las ganas de revancha resurgieron tras encajar un gol por un dudoso penalti de Banega a Pizarro. El argentino cometió uno de esos miles de agarrones que se repiten en cada partido y que nunca se pitan. Sin embargo, en esta ocasión el colegiado señaló la pena máxima y Frings se encargó de transformarla. Hasta entonces, el partido había sido de ida y vuelta, con un equipo alemán bien posicionado, con las líneas juntas y velocidad en ataque. Los locales desaprovecharon varias ocasiones en un preámbulo de lo que iba a ser el partido.

El conjunto 'ché' acusó el tanto y pasó unos minutos de zozobra en los que César se erigió en héroe al evitar la segunda diana germana en un par de ocasiones. Pero la grada reactivó a sus jugadores y el Valencia tomó las riendas del choque. Villa, Silva, Mata Todos rozaron el gol, pero unas veces Wiese, otras el poste, a un fenomenal tiro de Banega, y las más, la falta de puntería de los locales, evitaron el empate. El Valencia se convirtió en un huracán, un vendaval ofensivo que arrinconó a su rival y le golpeó una y otra vez sin suerte. El Werder sólo salía en esporádicas contras protagonizadas por Marin.

Tras la reanudación todo siguió igual. El Valencia volcado y el Werder achicando el agua cada vez con mayores apuros. Cada minuto se sucedía una ocasión 'ché'. Y de pronto, los colegiados hicieron su aparición, y a instancias del cuarto árbitro Banega fue expulsado con roja directa por un supuesto empujón a Marin con el juego detenido. Mestalla explotó y transmitió su rabia al equipo.

Los de Emery se enfurecieron y redoblaron el asedio. En la enésima oportunidad, Mata aprovechó una jugada embarullada en el área para lograr el merecido empate. Lejos de conformarse, el Valencia mantuvo el altísimo ritmo en busca de una victoria que se le resistió.