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El Atleti no sabe ganar contra diez

No pasaron del 0-0, un resultado inquietante, a la espera del encuentro de vuelta de la próxima semana en Lisboa, y malo para el conjunto madrileño

MADRID Actualizado: Guardar
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El Atlético volvió a sembrar dudas al ser incapaz de superar en la ida de los octavos de la Liga Europa al Sporting de Lisboa, a pesar de que los rojiblancos jugaron con un hombre más casi todo el encuentro. Los portugueses, que acabaron con nueve, sacaron un valioso empate a cero del Calderón al mantener la concentración defensiva y cerrar los espacios a un rival incapaz de triangular y jugar como equipo. Los madrileños realizaron un partido plano y sin ideas. Agüero fue quien más lo intentó, pero siempre en solitario.

Los 'colchoneros' comenzaron el choque fríos, mareados y sin ritmo. La grada tampoco se lo recriminó, más pendiente de festejar la eliminación del Real Madrid ante el Lyon con múltiples cánticos. Ante esperpéntica situación, el Sporting se hizo con el control del balón y merodeó el área de De Gea sin crear peligro. Los rojiblancos se dedicaron a quitarse la presión con pelotazos. Al mal arranque se unió la lesión de Perea a los cinco minutos. Quique decidió sacar a Valera y pasar a Ujfalusi al centro de la zaga.

A los 'colchoneros' les despertó de la morriña el de siempre: Reyes. El sevillano fue una vez más el encargado de desequilibrar el encuentro con un sinfín de galopadas y regates que fueron detenidas a base de patadas. Provocó la expulsión de Grimi a la media hora y contagió al público las ganas de fútbol. Antes, Liedson había disfrutado de la única ocasión para los lisboetas con un zapatazo al larguero tras un garrafal error de Antonio López en el despeje. Los portugueses, el equipo europeo que más millones se gastó en el mercado de invierno, llegó al Calderón con la idea de abandonarlo con la eliminatoria viva. A fe que lo logró. Tras quedarse con uno menos, los lusos dieron por bueno el empate, montaron el autobús y se encerraron para defender a ultranza el marcador.

Ventaja desaprovechada

Al Atlético le costó comprender que la superioridad numérica le obligaba a atacar. El Kun monopolizó las jugadas ofensivas de los madrileños. Lo intentó de todas las maneras posibles. Por la derecha, por la izquierda. Con tiros lejanos o desde el área pequeña. Pero con la soledad como denominador común. El argentino tuvo que inventarse todas las ocasiones. Forlán sigue errático, y empieza a agotar la paciencia del Calderón. El único que le apoyaba era Reyes. La ausencia obligada de Tiago lastró la circulación de la pelota. Raúl García y Assunçao no dieron fluidez al ataque.

La segunda parte fue más rojiblanca si cabe. Quique dio entrada a Salvio por Simao, que recibió los pitidos de sus compatriotas. El luso estuvo participativo, pero sin lograr desbordar en ningún momento. El último refuerzo argentino tampoco cambió nada, ni siquiera cuando el Sporting se quedó con nueve por la absurda expulsión de Tonel en el último minuto. Los locales renunciaron al juego colectivo y vivieron de las individualidades de Agüero o Reyes. Pero esta vez, las estrellas fallaron y el Atlético deberá ganar en Lisboa si quiere seguir en Europa.