Un preaviso para viajar seguros

Pocas cosas preocupan más antes de un viaje al extranjero que una maleta bien hecha en la que no falte de nada. Pero, sea por falta de costumbre o por simple desidia, hay un elemento que pocos españoles tienen en cuenta antes de desplazarse al extranjero. No es otra cosa que notificar por anticipado al Ministerio de Asuntos Exteriores a dónde se viaja, unos datos que se mantendrán en la más absoluta confidencialidad.

No se trata de que el Gobierno vigile donde cada uno pasa elegir sus vacaciones. Todo lo contrario. Lo que se busca es asegurarse de que, 'si vienen mal dadas', las vacaciones no se conviertan en una pesadilla, o al menos se queden solo en un mal sueño.

Por muy bien que se planifique todo, siempre existe el riesgo de que algo salga mal. Y cuando se está en el exterior el mejor amigo que puede encontrar un ciudadano español en apuros es su consulado. Con el fin de que estas oficinas diplomáticas puedan ejercer en la mejor medida su función de protección la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores dispone de un sencillo registro online que se rellena en breves minutos. En el se notifica el destino del viaje, las fechas y los lugares que se planea visitar.

En el mejor de los casos, es decir, en la mayoría, se trata de una simple precaución. Pero en otros, más de los que se cree, es un auténtico seguro de vida. Tifones, terremotos, huracanes, ataques terroristas... Existen muchas razones por las que las vacaciones perfectas pueden convertirse en las peor imaginables. Es ahí donde entran en juego los servicios consulares, de los que, por otra parte, uno pocas veces se acuerda.

En caso de rellenarse este formulario los servicios diplomáticos pueden acceder en caso de necesidad a la información del viajero con un simple click del ratón del ordenador. Estos se traduce en que, a partir de ese momento, los consulados pueden poner en marcha los planes de asistencia o, incluso, de rescate.

Aunque este formulario parezca un simple trámite que se puede obviar no es así, se advierte desde el Ministerio de Exteriores. Su importancia se ha demostrado en muchos casos, y si no se puede preguntar a los turistas que sufrieron el tifón de Filipinas, los temporales de nieve en Estados Unidos o el terremoto que desencadenó en Japón la crisis nuclear de Fukushima.