Han encontrado a Turco en una perrera de Jerez de la que quieren sacarlo. :: L. V.
SAN FERNANDO

En busca de un final para la historia del perro y el vagabundo

Una isleña encabeza la causa para recuperar al animal con una campaña con la que ha reunido más de 220 firmas y solicitando citas a diferentes políticos Su mascota está ahora en un centro de Jerez

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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No tenía nada, o más bien poco, y resulta que ha perdido lo que más apreciaba del mundo. Agustín lleva unos años viviendo en una furgoneta y mendigando para poder sobrevivir. Tiene problemas del corazón, aunque ahora asegura que se lo han «roto», porque ha perdido a su única compañía en el mundo: Turco. Un pequeño perro que más que su mascota se había convertido en su compañero de fatigas.

Hace unas semanas la Policía le quitó al can por carecer de los permisos pertinentes para poder tenerlo. No contaba con un control sanitario, ni vacunas ni el correspondiente chip. De manera que se lo llevaron a una perrera de Jerez. Desde entonces a Agustín se le ve poco, pues ya no se pone en los lugares en los que solía mendigar. Frecuentemente se ponía en la entrada de un conocido supermercado de la Ardila, pero hace ya días que no va por allí. Las pocas personas que se lo han encontrado ya no ven a ese hombre «amable y con buenas palabras», ya que ahora la tristeza siempre va con él y no hace otra cosa que hablar de Turco.

Mariana Díaz conoce a Agustín, pero la noticia le llegó a través de su hijo, y desde ese momento esta isleña comenzó a liderar una iniciativa para poder recuperar al animal. Pronto fueron varias las personas que se unieron a la causa, realizando diferentes iniciativas para mostrar su apoyo a Agustín. La historia circuló a través de redes sociales hasta que acabó en una plataforma de recogida de firmas. Hasta el momento ya cuentan con más de 220 rúbricas. Pero su lucha va más allá.

Mariana se enteró que el perro se encontraba en Jerez y telefoneó a todas las perreras hasta encontrar a Turco. Allí le confirmaron que el animal para salir tiene que ser adoptado y para ello hay que abonar la tasa correspondiente, ya que le deben poner tanto el chip como las vacunas. Más de 100 euros en total, algo que Agustín no puede asumir.

Es por ello que ya ha registrado escritos en el Ayuntamiento para pedir ayuda e incluso citas con el alcalde, José Loaiza, y con el responsable de Sostenibilidad Ambiental, Francisco Romero, con el que se reunirá mañana. «Espero que sean sensibles porque es la única compañía de un hombre que no tiene nada y no hace daño a nadie. El va cada día para asearse y comer en un albergue. No pide, sólo espera la limosna de las personas sin decir nada y Turco era todo lo que le quedaba».

Mariana relata que cuando le quitaron el perro Agustín se puso «muy nervioso y al parecer pasó una noche en los calabozos para que se tranquilizara». Ella tiene la esperanza de poder recuperar a la mascota para devolvérsela al hombre que según ella lo tenía muy bien cuidado. «Cuando le dabas algo de comer él siempre se quitaba una parte para dársela al perro. Sé que hay personas que pueden pensar que sea una lucha estúpida y que hay otras causas en las que centrar los esfuerzos, pero para Agustín este perro es lo más importante del mundo y si no se le ayuda no podrá hacer nada. Espero que lo consigamos antes de que se lleven o sacrifiquen a Turco». A la historia sólo le falta el final. Sólo queda saber si acabará con un reencuentro o con una despedida.