El presidente de Mondragón dimite en un momento crítico para el futuro del grupo
Txema Gisasola deja el cargo por «motivos personales» tras el fiasco de Fagor y la Corporación queda de momento en manos de una gestora
BILBAO.Actualizado:Txema Gisasola (Zumárraga, 1962) pasará a la historia de la Corporación Mondragón por, al menos, dos motivos. El primero, haber sido su presidente más joven, pues accedió a lo más alto con sólo 50 años. El segundo, haber presentado su dimisión en pleno ejercicio del cargo, algo inédito en los 60 años que avalan al primer grupo industrial vasco y séptimo de España, con más de 80.000 empleados en Euskadi, el resto de España y otros países extranjeros.
Sucedió ayer, en la sede de la Corporación, en Mondragón. Aunque Gisasola lo había meditado durante algún tiempo e, incluso, ya lo había comunicado a sus más allegados, así como al Gobierno vasco, la noticia llegó durante la celebración de una comisión permanente ordinaria del grupo. Allí, a media mañana, el presidente presentó su dimisión «por motivos personales», y el órgano de gobierno la aceptó al instante.
Gisasola, víctima evidente del fiasco de Fagor Electrodomésticos, tanto por la responsabilidad que allí tuvo como por las consecuencias que para la Corporación ha tenido el derrumbe del fabricante de Arrasate, deja el grupo -más débil que nunca- en un momento crítico. Justo cuando los rescoldos de Fagor aún se mantienen calientes y la temperatura sube a marchas forzadas en Eroski, que negocia a brazo partido con sus bancos acreedores la renegociación de una deuda de 2.500 millones y con los 30.000 tenedores de sus 660 millones de deuda perpetua una salida que contente a la mayoría y le permita levantar el vuelo. El momento no podía ser peor, y por eso llama la atención la salida del presidente.
Un Txema Gisasola que el pasado mes de noviembre, aseguró que se le habían pasado «muchas cosas por la cabeza», pero que no era el momento de dimitir. «No voy a tirar la toalla», sentenció con firmeza, aunque también con el rostro visiblemente marcado por el cansancio. Finalmente, la presión de ser la cara visible de la crisis de Fagor y centro de las iras de los miles de trabajadores -que han visto cómo el grupo soltaba la mano de una cooperativa que siempre se consideró intocable- han podido con él. Algunos de sus más próximos aseguran que Gisasola está superado por ese cerco, que afecta a su vida más íntima y a la de su familia, lo que le habría llevado a dimitir.
Avispero
Otros dejan claro que la crisis de Fagor Electrodomésticos ha levantado tantas ampollas en el seno del grupo que han convertido el consejo general de Mondragón (el verdadero centro de poder del grupo) en un avispero en el que Txema Gisasola habría perdido los apoyos con los que llegó a la presidencia, en julio de 2012. La gestión del hundimiento del fabricante de Mondragón ha abierto profundas diferencias entre algunos los 'popes' de un conglomerado de 110 cooperativas con intereses muy distintos.
A la Corporación se le presentan dos retos que, en realidad, son uno. El primero y más importante, definir su futuro tras realizar un diagnóstico detallado de la actual situación. El propio Gisasola era consciente de esta necesidad, pero los tempos en un gigante corporativo de semejante envergadura se han demostrado muy alejados de lo que la crisis y el mundo financiero actuales exigen. Al tiempo, se ha de encontrar un nuevo presidente que sea capaz de poner orden en el consejo general y de pilotar el barco en los próximos años.
Este proceso tiene que completarse en tan sólo tres meses. En mayo se celebrará el congreso general de Mondragón, en el que, según explicó ayer el grupo, habrá ya un nuevo presidente. Por el momento, Gisasola será sustituido por una comisión gestora conformada dentro del consejo general. De otra parte, representantes de todas cooperativas y todas las divisiones de Mondragón abrirán una «etapa de reflexión» para «realizar una valoración de la situación de partida, identificar las líneas de actuación clave y dibujar la hoja de ruta a seguir» en el futuro próximo.