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Lázaro Lagóstena, María del Mar Castro García y Antonio Ruiz Castellanos, responsables del proyecto. :: L. V.
Sociedad

La biblioteca de todos los tiempos

El amplio e interesante legado de la investigadora, donado por la familia hace años, está compuesto por más de 1.000 documentos, la mayoría, fotografías La UCA cataloga y digitaliza la colección de la arqueóloga Josefa Jiménez Cisneros

ROCÍO VÁZQUEZ
CÁDIZ.Actualizado:

Las manos de las personas que aparecen fotografiadas a la derecha han hecho posible que uno de los legados arqueológicos más importantes de la provincia se conserve y difunda. Gracias al esfuerzo de estos profesionales y a la generosidad los familiares de Josefa Jiménez Cisneros. Hace años su heredera, Patricia Díaz, donó a la Universidad de Cádiz el archivo de la excavadora e investigadora gaditana, autora de la 'Historia de Cádiz en la antigüedad'. El paso siguiente a la cesión debía de ser la elaboración de un catálogo digitalizado. Y así se ha cumplido. Los fondos, sobre todo cartas arqueológicas y fotografías, han sido tratados en el laboratorio del Seminario Agustín de Horozco. En él, la becaria predoctoral María Mar Castro García ha realizado la descripción y digitalización de todas las fotos de la colección. El proyecto ha estado supervisado por los profesores Antonio Ruiz Castellanos, del Departamento de Filología Clásica, y Lázaro Lagóstena, del Departamento de Historia, Geografía y Filosofía. Esos fondos han originado lo que se conoce como la Biblioteca virtual María Josefa Jiménez Cisneros y está abierta a cualquier interesado. De hecho, recibe una media de 500 visitas al año.

La colección está formada por 725 fotografías, 164 dibujos, 254 láminas, 20 mapas, 32 diapositivas, tres planos, tres croquis, alrededor de 300 calcos epigráficos, siete documentos, dos cajas con rollos de películas y un cuaderno de trabajo. Un gran tesoro en número e importancia que, sin embargo, llegó a manos académicas muy deteriorado debido a sus soportes y sobre todo al paso del tiempo.

Pionera en un mundo de hombres

Una vez catalogados, ayer se procedió a entregar la colección al Archivo de la UCA para su debida preservación, así como para la descripción del resto de los fondos y puesta al servicio de los investigadores. En el acto de recepción, además de Ruiz Castellanos, Lagóstena y Castro, estuvieron presentes el director de la Biblioteca y Archivo, Ricardo Chamorro, y la coordinadora del Archivo de la UCA, Clemencia Cruz. El vicerrector de Responsabilidad Social y Servicios Universitarios de la Universidad de Cádiz, David Almorza, presentó a los protagonistas de esta historia que bucea en la otra historia.

La de Cádiz y Josefa Jiménez Cisneros -fallecida en 2002-. Una erudita adelantada a su tiempo, una mujer pionera en un mundo de hombres, una feminista sin intenciones de serlo y, sobre todo, una amante del Cádiz profundo, el que está bajo el suelo, el que se reconoce en una columna, una tumba, un horno o una efigie. Sus trabajos fueron más allá, ya que abarcaron además de la provincia, otros lugares de España e incluso otros países. De hecho, en la Biblioteca se encuentran documentos que avalan los estudios de la arqueóloga en lugares como Olocau (Valencia), Trípoli y Cartago. El alcance cronológico de los estudios de Jiménez Cisneros abarca desde los periodos púnico al musulmán.

La excavadora gaditana publicó numerosas inscripciones de Gades en el artículo 'Miscelánea epigráfica. Inscripciones funerarias gaditanas inéditas'. Rastreó el Cortijo de la Vela, la finca El Bosque de Cádiz, el Tajo de las figuras en Casas Viejas o descubrió los hornos romanos que serían enterrados bajo la autopista. Fue comisaria provincial de excavaciones arqueológicas y promovió la puesta en marcha de otras muchas. Además, suya es la primera carta arqueológica en la provincia gaditana. Incansable viajera, la arqueóloga se carteó con los más reconocidos profesionales del sector de su época. Los que la conocieron hablan de ella como una mujer reservada, aunque muy afectiva. También generosa, la que derrochó a la hora de esculpir, pintar -estudió Bellas Artes- o disfrutar de la música. Más datos que ensalzan la figura de Jiménez Cisneros, cada vez y gracias a su archivo, ahora custodiado y difundido por la Universidad, menos desconocida. La investigadora fue miembro del Instituto de Estudios Gaditanos y organizó su biblioteca.

Ayer, durante la presentación del catálogo, la palabra más repetida fue orgullo. De quien lo ha trabajado con sus manos, de quien llamó a la puerta de la familia, de los herederos que desinteresadamente cedieron el legado y de toda la comunidad universitaria. «Nos sentimos orgullosos de haber rescatado la colección para la Universidad y su uso de la investigación. La familia puede sentirse honrada porque todo ha llegado a buen puerto», comentó Ruiz Castellanos.