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Diálogo

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a crispación y el enfrentamiento político que vive el país desde hace algunos años ha terminado por anular uno de los principales valores en los que se sustenta la democracia: el diálogo. Nuestros representantes públicos hablan cada vez menos entre ellos y, sin embargo, cada vez pasan más tiempo peleados. Recuerdo la famosa frase del Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, cuando compareció en el Parlamento a rendir cuentas sobre su gestión y espetó aquello de que «la gente ya está harta de sus cuitas internas», en alusión directa a gobierno y oposición. Desde luego, no le falta razón al reverendo Chamizo con este toque de atención a la clase política. La situación de España y, especialmente, de Cádiz no está para seguir embarcados en una disputa permanente. Hay que remar juntos a pesar de las diferencias políticas que nos puedan separar. Así se hizo durante la transición con los famosos Pactos de la Moncloa, donde cada uno cedió un poco para poder construir el futuro en el que ahora nos movemos. Esta semana se ha producido en Cádiz un hecho insólito que, por raro que parezca en estos momentos, debería ser lo habitual entre quienes nos gobiernan. El presidente provincial del PP, Antonio Sanz, ha enviado una carta a la secretaria general del PSOE de Cádiz, Irene García, en la que solicita un encuentro entre ambos partidos para abordar los asuntos más importantes de la provincia y luchar de forma conjunta por su solución. La iniciativa de Sanz es acertada, respetuosa y, sobre todo, coherente. No pasa nada por dialogar, aunque la ideología de los invitados a la reunión sea diferente. De lo que se trata es de unificar criterios. Hemos perdido la vieja costumbre de debatir sin insultos y golpes bajos. Ahora predomina el «y tu más».El texto de la carta redactada por el presidente del PP resulta a todas luces coloquial y amigable, de buen rollo, para entendernos. No se trata de colgarse una medalla antes de tiempo y despuntar por encima del otro. Antonio Sanz resume en siete líneas básicas las actuaciones que se deben abordar codo con codo y que estarían recogidas en una especie de hoja de ruta denominada ‘Agenda por Cádiz’. Sanz ha metido en este saco tanto competencias que son del Gobierno de la Nación como de la Junta y lo más importante, ha hecho autocrítica. Todo apunta a que la propuesta del PP es papel mojado a tenor de la reacción que ha tenido la secretaria general del PSOE, Irene García, que, sin responder por escrito a la mano tendida del PP, ha expresado su opinión aprovechando un comunicado público sobre los últimos resultados de la EPA. Irene García se ha cargado de un plumazo cualquier intento de diálogo con el PP alegando que a los 211.000 parados de la provincia no le interesa lo más mínimo si los partidos se sientan o no juntos en torno a una mesa. Craso error señora García y debería asumir las palabras de Chamizo: «la gente está harta de sus cuitas internas». La gente, precisamente, lo que reivindica ahora es más unidad política para salir de la crisis y menos espectáculos como el ofrecido por el PSOE en el Ayuntamiento de Cádiz, tras la renuncia a la portavocía de Marta Meléndez, o el que mantiene en Diputación por la rebeldía de su portavoz, José María Román.