La marcha se fue haciendo más nutrida conforme avanzaba hacia su punto final, la puerta de la Subdelegación del Gobierno, donde se leyó un manifiesto . :: MIGUEL GÓMEZ
Jerez

«Esto no es democracia»

La manifestación partió desde la plaza de España y fue incorporando ciudadanos en su marcha a SubdelegaciónCasi un millar de gaditanos se adhiere a la «indignación» de iniciativa ciudadana en la Red de Democracia Real YA

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Como el que se siente ante un vaso colmado en su última gota. El grito desesperado del que no se ve representado por sus políticos, del que se indigna por la situación de crisis actual. Ese era el perfil de los gaditanos que se sumaron durante la tarde de ayer a la convocatoria ciudadana en la red de Democracia Real YA. Por encima de sesgos sociales, ideologías o edad, casi un millar de gaditanos (la organización hablaba de más de mil y efectivos de la Policía Nacional calculaban 750 asistentes al comienzo de la marcha) decidieron sumarse a una manifestación que se repitió de forma simultánea en otras 50 capitales españolas.

El monumento a Las Cortes de Cádiz se convirtió en paradójico testigo del comienzo de una marcha que clamaba por acabar «con una democracia que no es real para conseguir una democracia verdaderamente participativa», como explicaba uno de los organizadores de la protesta que prefirió no indentificarse. Lo cierto es que era una manifestación al derecho de pataleo, a la «indignación» más general ante el contexto actual, como apuntaba el cartel que convocaba a la cita.

Por ello, no es de extrañar que el paro, la crisis económica, el bipartidismo político («PPSOE» como lo nombraba el manifiesto leído al final) o la eliminación de los privilegios políticos se convirtieran en los protagonistas de todas las arengas. Fue una marcha en la que estaba admitido el enfado general pero no las banderas, logotipos y siglas. Sí participaron asociaciones y plataformas como Salvemos el Palmar, la Asociación de Derechos Humanos o la Asociación de Afectados por las Hipotecas fueron algunas de las entidades ciudadanas presentes.

Cazerolas, bocinas, matracas y megáfonos jaleaban gritos como «lo llaman democracia y no lo es» o el clásico «el pueblo unido jamás será vencido» mientras la manifestación iba incorporando gaditanos a a una marcha con sentada incluida frente al Edificio Trocadero. Y es que la arenga «no nos mires, únete» hizo mella en algún que otro ciudadano se animó a formar parte de la protesta que acabó frente a las puertas de la Subdelegación del Gobierno en torno a las nueve de la noche. Allí se leyó el manifiesto que se repitió de forma simultánea en todas las ciudades españolas y en el que se apuntó uno de los motivos de la protesta: «Es necesaria una revolución ética. Hemos puesto el dinero por encima del ser humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro».

Con el fin de un manifiesto que animaba «a la unidad» y al «cambio» lo que surgió como un experimento para tomar el pulso de la calle culminaba con evidente éxito y con la dudad de si se repetirá. De momento queda un dato para el recuerdo: la manifestación de ayer convocada por internet (en Cádiz con tan solo 12 días de antelación) igualó en asistentes a una marcha tan institucionalizada como la del Día del Trabajo en sus dos pasadas ediciones. Como para pensárselo.