Ojo, que viene la tele

De un tiempo a esta parte vivimos cada vez más mediatizados por los medios de comunicación. En una sociedad, consumista hasta sus últimos extremos, todo se mide por el ‘share’ de las televisiones y raro es el día en el que no nos aturden con los índices de audiencia de tal o cual programa, de cual fue el momento estrella del partido de fútbol de turno, o en qué remate de Messi o Cristiano Ronaldo estábamos más españolitos con la nariz pegada al televisor, una auténtica guerra de medios. No hay duda de que en nuestras casas desgraciadamente lo que manda es la «caja tonta» y de ella depende, o quieren que dependa, toda la población. Cada vez proliferan más los programas basura y son ellos, sin lugar a dudas, el auténtico opio actual de nuestra sociedad. En las cadenas de televisión proliferan, cada vez más, los programas rosas que solo se nutren de cotilleos y de noticias efectistas. Cada vez más intentan ponernos como ejemplo a personajes, más bien personajillos, que a costa de su mal llamada popularidad, disparan los índices de audiencia, a dónde vamos a llegar. Pero ahí no queda todo, lo malo es que poco a poco van impregnando a todas las estructuras hasta la médula y se quiere considerar como normal hasta que por un juicio, a todas luces mediatizado, hasta los juzgados de nuestra ciudad cambien su mobiliario para la celebración de sus causas. Si la Campanario y otros tantos implicados en el fraude de las pensiones van a ser juzgados, todo se transforma y se remoza para salir en televisión, la puerta de los juzgados es, desde el pasado lunes, una feria de cámaras, reporteros y mirones que van a hacer engrosar durante más de un mes esa nómina de bazofias que día tras día nos regalan todas las cadenas. ¿No va siendo hora ya de acabar con esto?