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La transición vasca a los ojos de Onaindia

Quim Gutiérrez encarna al exmilitante de ETA y luego parlamentario socialista en un «thriller político» que emitirán ETBy TVE en otoño

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«Silencio, motor...» Finales de 1980, otro atentado de ETA. Una reunión en torno a un montón de colillas que humean olvidadas en un cenicero. «Hay que posicionarse. Vale, condenamos el atentado». Si no lo dijeron con estas palabras, con algunas parecidas. Se rueda estos días en Bilbao ‘El precio de la libertad’, una miniserie que emitirá TVE y ETB y que repasa la biografía de Mario Onaindia. En la piel del exmilitante de ETA y luego parlamentario vasco por el PSOE, Quim Gutiérrez (Barcelona, 1981).

Onaindia es uno de esos cuatro tipos a la mesa de la escena que sirve de arranque a este reportaje. Es el alma de Euskal Iraultzarako Alderdia (EIA), el partido que funda tras ser amnistiado. Porque en 1970 fue uno de los acusados en el proceso de Burgos. Allí, en la misma sala donde se celebró el juicio rodará el equipo –«el lugar está exactamente igual»– y también en la cárcel de Segovia. La tv-movie recrea el periodo entre 1968 y 1983 y es «un retrato de la transición vasca a través de la mirada de una persona tan cabal como Onaindia», explica Ana Murugarren, directora de esta ambiciosa producción, que se emitirá en otoño en ETB y un mes más tarde en TVE. Ella lo define como un «thriller político» que se amolda al exitoso formato de la miniserie, dos capítulos de 75 minutos que cuentan una historia de 15 años y que exigirán 7 semanas de rodaje.

La mayoría de las localizaciones se encuentran en Bilbao. En el céntrico edificio de viviendas de la Aduana –hoy desocupado– se ha recreado la casa familiar de Mario Onaindia y el piso franco donde sería detenido a finales de los 60. Son años duros que el protagonista encara a veces «con sorna». «Hay mucha socarronería vasca, su personaje es una delicia», confiesa Quim Gutiérrez, Goya al actor revelación por ‘AzulOscuroCasiNegro’ y protagonista de ‘Primos’. Ha querido retratar a Onaindia de la manera más fiel. «Pero a veces me pregunto si Mario ponía la mano así, cómo miraba... Esas cosas me preocupan», reconoce el actor catalán.

Esa es la parte menos pública, la que solo conocen los íntimos. «La viuda y la familia han estado en el rodaje y están encantados. También Teo Uriarte, a todos les ha emocionado porque retratamos a un Mario muy entrañable, amable, nada duro...». Y con «una convicción grande que encarna muy bien Quim Gutiérrez», destaca Joaquín Trincado, productor de la miniserie. «Tenemos una imagen de Mario más tipo Bud Spencer, un hombrón con barbas. Pero no nos interesaba tanto el parecido físico como que encarnase con limpieza su espíritu».

Sofás tapizados

Al margen de detalles de su esfera más íntima, el resto es historia conocida: su ingreso en ETA y posterior abandono de las tesis violentas, su entrada en prisión –estuvo ocho años– y, a la salida, su carrera política, que acabó en las filas del PSOE –falleció en agosto de 2003– y que él plasmó en ‘El precio de la libertad’, el libro autobiográfico que escribió hace diez años y que sirve de guía para esta serie. «Fue capaz de darse cuenta de que con la violencia no iban a ninguna parte», aplaude Murugarren, que considera que la tv-movie llega a las pantallas «en un momento muy pertinente».

Acaban los 15 minutos que el equipo se permite para un bocadillo. Mientras, se ha preparado la habitación donde duerme el protagonista en su juventud, el piso franco... Y se retoca el maquillaje, aunque los actores no sudan, que la mañana es fría y el escenario, aunque es un modesto hogar familiar de los 70 con retratos familiares, sofás tapizados y papel en las paredes, resulta desangelado.

Una treintena de personas–el proyecto involucra a más de medio millar entre técnicos, actores, figurantes...– trajinan a toda prisa entre secuencia y secuencia. Una se alarga más de lo que tenían previsto. «Es que estaba quedando muy bien», le parece a Ana Murugarren desde el monitor donde controla el rodaje en tiempo real. Luego repiten. Una, alguien que se traba; dos, una carcajada que no está escrita en el guión; 'silencio, motor...', que va una tercera.