luto en paterna Y ALCALÁ

«No nos lo creemos aún, estamos hechos polvo»

El tío de la pequeña María Esther, hallada muerta en Arriate (Málaga), habla de la consternación de la familia. Paterna, donde se crió la pequeña, pide la cadena perpetua

Cádiz/Málaga Actualizado: Guardar
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La incredulidad ha dado a la consternación, y la consternación a la rabia. A lo largo de la mañana, la noticia de que el cadáver de la niña natural de Alcalá, pero criada en Paterna, María Esther Jiménez Villegas, había sido hallado en la caseta de una depuradora en Arriate (Málaga), donde sus padres trabajaban, ha ido extendiéndose con un rastro de dolor entre los vecinos de ambas localidades. La familia, que residía hasta hace cuatro años en la Barriada Los Silos de Paterna, eran conocidos en el pueblo como gente trabajadora y honesta, jornaleros que se marcharon a Arriate a trabajar como guardas de un cortijo. Pero volvían a Paterna con frecuencia, la última vez hace sólo mes y medio, para visitar a los abuelos y tíos de Esther.

Todos partieron el jueves por la noche hacia Arriate, en cuanto el padre, Juan Isidoro Jiménez de Castro, les comunicó que la desaparición de la niña, ocurrida el miércoles, había terminado de la peor forma posible. Sólo su tío Alberto, de 31 años, y su tía Manuela se han quedado en el pueblo. El primero porque, al tener noticia de lo ocurrido, sufrió un ataque de ansiedad e incluso un acceso de fiebre, y temía que su reacción al enfrentarse al velatorio pudiera perjudicar aún más a los padres de la cría. “Estamos hechos polvo”, explicaba esta misma mañana a las puertas de su casa en la calle libertad. “Ahora sólo queremos arropar a Juan y a María del Carmen, que la investigación sea rápida y que se haga justicia”.

En los mismos términos se expresaba su tía María, en cuya casa se alojaba la familia en sus visitas: “No sé qué ha podido ocurrir, me parece mentira”. La niña solía jugar con los hijos de María y sus vecinos, en la Barriada Nuestra Señora de la Iniesta, que acudieron a recoger a María para acompañarla a la concentración de repulsa convocada por el alcalde a las puertas del ayuntamiento. Allí, José Manuel Verdugo, el director del colegio Perafán de Ribera, donde la niña estudió hasta su marcha a Arriate, la recordaba como una chica amable y extrovertida, a la que sus compañeros echaban mucho de menos. El primer teniente de alcalde, Alfonso Caravaca, expresó sus condolencias a la familia y pidió al pueblo que los ayudaran anímicamente “a salir adelante”.

En Alcalá de los Gazules, donde también se han decretado dos días de luto oficial en señal de duelo y las banderas ondean a media asta, el alcalde, Arsenio Cordero, se mostraba profundamente afectado. “Un acontecimiento de este tipo siempre genera dolor y más dolor, y no sólo entre los familiares de Juan, el padre, que es natural de aquí, sino en cualquiera que tenga algo de espíritu humano”.

Tanto los vecinos de Paterna como de Alcalá pedían insistentemente a las autoridades que se esfuercen en encontrar al culpable o los culpables del crimen, y que la justicia no tenga piedad con ellos. Algunos vecinos de Paterna piensan iniciar una campaña para exigir la cadena perpetua en el caso de que, finalmente se descubra al autor del presunto asesinato.