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18 horas de angustia

La desaparición de una menor de 14 años en Puerto Serrano desata el miedo

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De la preocupación al miedo, y del miedo a la histeria. Puerto Serrano se despertó ayer con la noticia de que una joven de 14 años había desaparecido. La chica, tímida, introvertida y muy apegada a la madre, según los vecinos, salió a la diez y media de la noche del martes de su casa con la intención de recargar su móvil en un cajero del centro de la localidad, pero no regresó a dormir. Con 800 personas batiendo todavía los montes de Pontevedra en busca de Sonia Iglesias y sin ningún rastro del montañero malagueño Juan Antonio Gómez Alarcón, la psicosis no tardó en apoderarse del pueblo. A pesar de la distancia, la trágica relación de desapariciones que ha marcado el verano, unido al carácter reservado de la adolescente y al hecho de que la chica no llevaba encima ningún tipo de equipaje, documentación ni dinero, hizo que la familia se temiese lo peor. Lo último que sabían de ella fue lo que le había relatado a los padres, que iba a casa de una amiga que le debía dos euros y después pasaría a recargar su terminal. Ni un dato más.

En las primeras horas de la madrugada del martes, allegados a la joven visitaron a todas sus amigas, para cerciorarse de que no se encontraba con ninguna de ellas. Después de constatar que ni siquiera las personas más cercanas a la chica conocían su paradero ni qué había podido motivar una posible huida, interpusieron una denuncia ante la Guardia Civil. Sólo algunos testigos aseguraron que la habían visto pasadas las once y media de la noche saliendo de la localidad, montada en un coche.

A primera hora de la mañana de ayer, Puerto Serrano era un hervidero de rumores, teorías y especulaciones. Mientras la Policía Local se planteaba la posibilidad de organizar las primeras patrullas de búsqueda, efectivos de la Guardia Civil se hicieron cargo del ordenador de la joven e iniciaron las pesquisas para analizar el historial de llamadas del móvil de la chica, que resultó ser la pieza clave para localizarla. La adolescente no estaba muy lejos, se encontraba en la localidad malagueña de Arriate, a unos cien kilómetros de su casa.

Listado de llamadas

Según fuentes cercanas a la investigación, la joven había acudido a una cita con una persona a la que había conocido por Internet, y con la que había mantenido frecuentes contactos telefónicos, lo que facilitó su inmediata identificación, gracias al listado de llamadas entrantes. La adolescente había ocultado a sus padres esa cita y buscó una excusa para salir de noche de su casa.

Sin embargo, algunos familiares mantenían ayer que la joven había sido objeto de un secuestro. La versión de personas muy próximas a la chica apuntan a que dos hombres y una mujer, con acento latinoamericano, la habían obligado a entrar en un coche aparcado a las puertas de la sucursal del Banco de Andalucía, para después dirigirse a Arriate por la carretera de Ronda.

Sin embargo, esta versión no cuenta con pruebas para sostenerla y en la Guardia Civil no se ha abierto ningún tipo de investigación ante lo que habría sido un hecho muy grave. Como indicaron fuentes consultadas por este periódico, el caso se da por cerrado.

La chica, que a las tres de la tarde ya se encontraba en su casa, no muestra ningún signo de agresión. Además, fueron familiares de la adolescente los que acudieron a recogerla a Arriate. Puerto Serrano, después de 18 horas marcadas por la tensión y la angustia, respiró aliviado.