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España acogerá de Guantánamo en las próximas semanas a un prisionero palestino y otro yemení

El Gobierno no descarta recibir en un futuro a más detenidos de este penal

MADRID Actualizado: Guardar
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Faltaba por conocerse la procedencia de los dos prisiones de Guantánamo que serán acogidos en España en las próximas semanas. Hace unos días, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos descartó que se tratara de yemeníes. Hoy fuentes diplomáticas han señalado que uno es palestino y el otro sí que procede de Yemen.

El Gobierno no descarta recibir en un futuro a más detenidos de este penal si cumpliesen los requisitos que plantea España, por lo que la llegada de estos dos ciudadanos palestino y yemení no debe tomarse como un "númerus clausus" (número cerrado), han precisado las fuentes, que han indicado que el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, se confundió cuando afirmó la semana pasada que ninguno de ellos sería yemení.

Estos dos prisioneros llegarán a España a finales de este mes o principios de febrero. Tras el atentado frustrado contra el vuelo 253 de Northwest Delta en Detroit, la Casa Blanca suspendió la repatriación de los 91 prisioneros yemeníes que permanecen en el centro de detención por la preocupación de que Yemen, donde presuntamente se gestó parte de la trama terrorista, se haya convertido en un refugio seguro para los terroristas. La vinculación de la rama de Al Qaeda en Yemen con el intento de atentado contra el vuelo 253 de Northwest Delta no ha afectado, sin embargo, a la decisión de España de acoger a un ciudadano yemení.

El número de detenidos que ha aceptado recibir España por el momento se asemeja al que han acogido otros países europeos, como es el caso de Francia (1), Irlanda y Bélgica (2 cada una) o Italia (3). Todos ellos forman parte de un grupo de 50 presos que responden a la categoría 'cleared for release', es decir, que sobre ellos no pesan cargos, por lo que deben ser puestos en libertad. El motivo de que se pida a Europa que los reciba es porque no pueden ser devueltos a sus países por razones humanitarias, ya que podrían ser torturados.

Prisioneros sin cargos

El Ministerio del Interior ha hecho una evaluación muy rigurosa de los candidatos propuestos por Washington, sobre los que ha realizado una selección, como han hecho también el resto de países europeos que respondieron positivamente a la petición de la Administración Obama de acoger a ciertos prisioneros de Guantánamo. Aunque sobre los candidatos propuestos por Estados Unidos no pesan cargos, los Servicios de Información españoles han estudiado con detalle sus historiales para determinar si su residencia en España podría causar algún problema de seguridad. De hecho, de un primer grupo de cinco prisioneros (cuatro tunecinos y un yemení) que presentó Washington, los expertos antiterroristas españoles coincidieron en señalar que los tunecinos resultaban potencialmente peligrosos. Posteriormente, Washington presentó los historiales de otros siete candidatos, tres sirios, dos libios y otros tantos palestinos.

Moratinos ya avanzó en junio pasado que previsiblemente se establecería un "sistema de vigilancia y observación" en torno a los detenidos que finalmente vengan a España para garantizar plenamente la seguridad de la sociedad española. Así se hizo cuando España acogió en 2002 a tres activistas palestinos que se habían encerrado junto a otros 120 compañeros durante 38 días en la basílica de la Natividad en Belén.

Los contactos con la Administración estadounidense para determinar qué presos de Guantánamo podían venir a España comenzaron el pasado 17 de junio. Las cinco nacionalidades propuestas hasta ahora por Estados Unidos responden al planteamiento inicial del Gobierno español, que no quería a nacionales de países con los que mantuviera una estrecha relación, por vecindad o por compartir intereses estratégicos, evitando así que se generase un conflicto diplomático. En este sentido, fuentes gubernamentales aseguraron que de ninguna manera se hubiera acogido a ciudadanos argelinos o marroquíes, por ejemplo.