polémico nombramiento en guipúzcoa

Las raíces de la rebelión en la Iglesia vasca

La mayoría de los sacerdotes guipuzcoanos se manifestaron ayer en contra de la designación de Munilla como nuevo obispo de esta diócesis al considerar que se busca "un cambio de rumbo"

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Iglesia se rebela contra la Iglesia. Los párrocos guipuzcoanos han lanzado un dardo contra la decisión de Roma -capitaneada por la Conferencia Episcopal Española- de designar obispo de su diócesis a José Ignacio Munilla, actual prelado de Palencia. Las voces críticas escuchadas tras su nombramiento el pasado 12 de noviembre se han plasmado en un escrito firmado por 131 sacerdotes (cerca de un 80% del clero guipuzcoano) en repudia al nuevo obispo, al que no consideran "en modo alguno la persona idónea" para este cargo. Un hecho inédito en el seno de esta institución.

¿Qué es lo que temen los curas vascos? Ellos creen que esta decisión busca "variar el rumbo" de una Iglesia "con historia y raigambre". Y, pese a que aseguran que su miedo no es "político, sino eclesiológico y pastoral", la raíz del problema es la adscripción de Munilla al ala más conservador de la institución, cercano al presidente de la Conferencia Espicopal, Antonio María Rouco Varela, algo que no encaja con el perfil más aperturista de esta diócesis, marcada por un profundo sentimiento nacionalista durante los 30 años en que ha estado liderada por los obispos José María Setién y Juan María Uriarte.

Los antecedentes

Estos 131 sacerdotes entienden la llegada del todavía obispo de Palencia como un intento de la jerarquía católica de reconducir el camino de la Iglesia vasca y parece que no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados. Esta estrategia se habría iniciado en 1995 con el nombramiento de Ricardo Blázquez como obispo de Bilbao, una decisión que el PNV criticó con dureza públicamente al no entender que pudieran poner en ese puesto a una persona nacida fuera de Euskadi. También manifestaron su malestar muchos religiosos al no acudir a la ceremonia de designación, pero -eso sí- sin alzar su voz.

La siguiente grieta en esta diócesis se vivió el pasado año, cuando Mario Iceta fue nombrado obispo auxiliar de Bilbao. Nacido en Gernika, llegó a la capital vizcaína procedente de Córdoba, donde era el vicario general de la diócesis. Para sus críticos, fue la primera demostración de que el Vaticano apostaba por traer de vuelta a los exiliados, aquellos religiosos vascos que habían hecho carrera fuera de Euskadi y que habían dado muestras de su distanciamiento con la cúpula eclesiástica vasca, considerada demasiado progresista y muy nacionalista por la Conferencia Episcopal Española. Además de los ataques lanzados desde las fuerzas políticas euskaldunes, medio centenar de miembros del Consejo Pastoral Diocesano y del Consejo Presbiteral de la Diócesis de Bilbao enviaron una carta al obispo Ricardo Blázquez, al nuncio de la Santa Sede y a Roma en el que advertían del «malestar y la tristeza» que había generado la llegada de Iceta.

Su polémico paso por Zumárraga

José Ignacio Munilla es nacido en San Sebastián y vascoparlante, pero realizó su formación eclesiástica en el seminario de Toledo. Tras ordenarse sacerdote en 1986, desempeñó su oficio durante años en dos parroquias de Zumárraga (Guipúzcoa), en las que se definió claramente por actuar al margen de la autoridad de Uriarte, su máximo superior jerárquico. Por esto los sacerdotes vascos firmantes del comunicado aseguran que su paso por este territorio estuvo "marcado por la desafección y la falta de comunión con las líneas diocesanas".

En junio de 2006 Munilla se convirtió en el obispo más joven de España al situarse al frente de la diócesis palentina con tan sólo 44 años. El próximo 9 de enero, fecha en que Munilla será oficialmente el nuevo prelado de San Sebastián seguramente volverá a hacerse evidente el distanciamiento de los sacerdotes guipuzcoanos con su nuevo pastor, quien ha decidido mantenerse al margen de esta polémica y ha asegurado que afrontará "día a día y sin ningún tipo de prejuicos" su nueva labor apostólica.