Imagen del 'Alakrana'.
fin a 47 días de secuestro

El capitán del 'Alakrana': «Temimos por nuestra vida porque los piratas eran unos desalmados»

Iker Galbarriatu afirma que la información que les llegaba "era poca y mala", aunque a veces escuchaban la radio

MADRID Actualizado: Guardar
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Alivio es la palabra que describe el sentimiento de los marineros del atunero vasco 'Alakrana' tras 47 días secuestrados. Así lo ha expresado Iker Galbarriatu, el capitán de la embarcación, en unas declaraciones a Punto Radio apenas unas horas después de su liberación. El vasco ha analizado el casi mes y medio de calvario que han sufrido, del que destaca lo "desalmados" que fueron los piratas.

Preguntado por el peor momento sufrido durante su cautiverio, Galbarriatu destaca cuando los secuestradores amenazaban con sacar a tres tripulantes del barco. Un momento bastante confuso, ya que la información que les llegaba "era poca y mala", ha explicado el marinero, aunque ha afirmado que a veces podían escuchar las noticias por la radio, porque no se podían fiar de lo que contaban los piratas, que "solía ser mentira".

Galbarriatu ha asegurado que llegaron a temer por su vida, porque "el único interés que tienen es el dinero, no les preocupa ninguna otra cosa, son unos desalmados, es gente que está vacía por dentro". Para finalizar, ha agradeciendo todas las gestiones a los medios de comunicación, a sus familiares y al Gobierno, que ayer, tras toda una mañana de incertidumbre, la confirmaba la esperada noticia.

El viernes, la posible llegada

José Luis Rodríguez Zapatero, que compareció sonriente en La Moncloa, anunció que iba a confirmar "una muy buena noticia". Y acto seguido explicaba que el atunero 'Alakrana' "navega libremente hacia aguas más seguras y que todos los miembros de la tripulación se encuentran sanos y salvos". El presidente insistió en que es una "muy buena noticia por la que todos hemos estado trabajando desde el primer día". Tras sus palabras, un ambiente de alegría contenida se extendió por los municipios natales de los marineros, aunque los vecinos prefieren dejar las celebraciones para cuando todos ellos lleguen a sus casas.

Esa llegada podría producirse el viernes. Según la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, se ha preparado un dispositivo especial para que cuando el buque toque tierra en las islas Seychelles los tripulantes sean trasladados inmediatamente a España en un avión de las Fuerzas Armadas. El Gobierno ha invitado a los familiares a viajar hasta allí para recoger a los suyos. La 'número dos' del Ejecutivo insistió en que se ha preservado la seguridad de los marineros. "Todo se ha hecho en el marco de la más estricta legalidad, siempre dentro de la ley". De los piratas detenidos ha reiterado que "la Justicia tiene que seguir su curso".

Una mañana de incertidumbre

Desde media mañana los piratas somalíes que mantenían secuestrado el atunero español habían comenzado a liberar a la tripulación tras recibir un rescate de 2,3 millones de euros, según ha confirmado a Reuters uno de los secuestradores. "Muchos de nuestros colegas han abandonado el barco español", aseguraba el pirata identificado como Noor a la agencia en una conversación telefónica desde la costa de Haradheere, mientras esperaban la llegada del último grupo de compañeros. "El acuerdo al que hemos llegado con España parece satisfactorio y esperamos que termine sin incidentes", al tiempo que concreta que la cantidad aportada por el rescate asciende a 2,3 millones de euros, unos cuatro millones de dólares.

En las últimas horas se especulaba con la pronta liberación de los pescadores retenidos durante seis semanas. De hecho, el patrón del atunero, Ricardo Blach, no ocultaba que estaban "esperando la llamada" que podría resolver el secuestro aunque declinaba hacer más declaraciones. "No me dejan que hable". Los familiares de los 36 marineros, 16 de ellos españoles, también esperaban una resolución estos días, alentados por las diferentes informaciones facilitadas por representantes del Gobierno. Esa misma mañana un representantes del Ejecutivo se ha puesto en contacto con ellas para reclamarles una última vez "prudencia".