ANTONIO RIVERA HIJO DE ANTONIO RIVERA ALVARADO

«Mi padre decía: 'ser torero es más difícil que ser Papa'»

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Antonio Rivera Alvarado vivió toda su vida dedicado a su mayor pasión: el toreo. Siempre quiso crear un genio y consagró su existencia a ese objetivo. Esa divinidad resultó ser su hijo Paquirri. «Siempre se desvivió por él», recuerda Antonio Rivera, hijo del novillero y hermano del torero. «Luchó lo infinito. Todo lo que ha hecho en estos años ha sido trabajar por su familia».

Antonio Rivera también logró contagiar el gusanillo a su primogénito, José Rivera Riverita. «José era más conformista y Paquirri tenía una raza especial», recuerda su hermano, para quien su padre siempre será «un triunfador y un gran luchador».

De él «hemos aprendido a ser fieles y seguir un camino recto. Su legado más importante es que lo principal en esta vida es crear una familia y rodearnos de personas que merezcan la pena».

Lecciones del maestro

Su devoción por la tauromaquia no conoció límites. «Siempre fue un gran profesor. Era impresionante escucharle hablar de toros. Había mucha gente que le pedía consejo», apostilla.

«Era un poeta, un filósofo», recuerda su hijo. «Con sólo observar los andares, sabía reconocer quien tenía madera para esto». Su hijo recuerda con alegría una de las frases más recurrentes del patriarca. «Mi padre siempre decía que 'ser torero es más difícil que ser Papa'», en el sentido de que «uno no puede elegir ser torero, ya que requiere ciertas cualidades, mientras que al Papa se le puede elegir a dedo».

Desde que se conociera la muerte de Antonio Rivera, decenas de amigos de la familia han querido expresar sus condolencias. «No he parado de recibir llamadas en todo el día, hasta que me he quedado sin batería», reconoce su hijo.