Un turismo mejor

Una carrera fulgurante. Así es la vida profesional de Miriam Carrión. Esta puertorrealeña de 38 años fue directora de hotel a los 25. Y a esa edad ya acumulaba un éxito tras otro. La práctica totalidad de su vida laboral la ha dedicado a trabajar por cuenta ajena. «Durante todo ese tiempo avancé en mi carrera y aprendí mucho, hasta que acabé por pensar: ésto lo puedo hacer yo por mi cuenta», describe así la época previa a sus inicios como emprendedora.

Hace tan sólo un año que comenzó a rodar su empresa, Cádiz Calidad. Es una consultoría turística, medioambiental y formativa. Es la primera de la provincia que prepara para la implantación de sistemas de gestión basados en la calidad y el medioambiente. Su firma lleva también de la mano a sus clientes hasta la obtención de sellos de reconocimiento. También realiza auditorías internas, prepara para la consecución de certificados medioambientales e imparte formación. Sabe que no es el mejor de los momentos para poner en marcha una empresa, pero al tiempo admite que siempre tuvo la inquietud emprendedora y que no pudo evitar enrolarse en esta singladura empresarial. La crisis le está complicando los inicios, pero está decidida a «sacar adelante el proyecto».

Finalizados los estudios, acudió a una convocatoria que realizó la cadena hotelera Riú para seleccionar personal que recibiría formación de directores de hotel. Eran tan sólo 30 plazas y se presentaron 30.000 aspirantes. Resultó elegida. A mitad del curso la promocionaron a subdirectora de un establecimiento de la firma en Mallorca. Dos años más tarde cambió de aires, fichó por Iberostar, otra cadena hotelera, tras su primer puesto en la dirección de un hotel en Tenerife.

A Punta Cana

Su nueva empresa la envió de directora al establecimiento que acababa de abrir en Punta Cana. Pero ella no fue el único huracán que visitó la isla caribeña por aquel tiempo. Tras una experiencia con este fenómeno meteorológico, enfermó y tuvo que volver a España para restablecerse. Otra vez, Mallorca. Allí, le ofrecen llevar la gerencia de la zona de Calviá del recientemente creado Instituto de Calidad Turística Española. Tenía 40 hoteles a su cargo. Corría 1999 y fue entonces cuando entró de lleno en los sistemas de gestión de calidad en hoteles. A continuación puso en marcha el departamento de calidad de otra cadena para, después, dar un nuevo vuelco al rumbo de su carrera y entrar en el mundo cultural.

De la mano de la Fundación March convirtió el Palau March de Palma en museo. Recuerda esta etapa como una de las más gratificantes. No lo fue tanto la fundación, que -según explica Miriam- prescindió de sus servicios cuando supo que esperaba un hijo.

«Este fue el fin de mi vida laboral por cuenta ajena», explica. Volvió a Cádiz. Recién aterrizada, y con el gusanillo emprendedor peleando por asomar, encuentra un nicho de mercado por explotar en la provincia y en el que es especialista. «En Mallorca hay decenas de empresas de este tipo y me sorprendió mucho que no las hubiera aquí», señala. Tan sólo ha pasado un año desde que puso en funcionamiento Cádiz Calidad y sigue sin competencia.