Los periódicos como prueba

La salida más habitual que toman los traficantes que deciden apropiarse de una mercancía que no es suya, es culpar a la Policía o la Guardia Civil de haberles arrebatado el alijo en plena operación. Pero los dueños de la droga, los capos que realmente manejan desde la distancia el tráfico, ya no se fían y piden pruebas.

Una de las más recurrentes son los recortes de prensa. Si un alijo ha sido interceptado, lo habitual es que se informe en la prensa. Los traficantes lo saben y les piden a sus colaboradores que les muestren las noticias donde se menciona la pérdida de la mercancía.

En una de las causas que aún no ha sido enjuiciada, los traficantes marroquíes llegaron a visitar el despacho de abogados de sus colaboradores en suelo gaditano -vecinos de Barbate-. Querían que los letrados les mostraran el sumario donde debía constar que su cargamento había pasado a manos policiales y que los traficantes que trabajaban para ellos habían sido detenidos en el marco de una operación. Simplemente, no se fiaban.