«No podía saber si era el nuevo virus o uno de verano»

«Con la gente que vemos a diario alguno tenía que traer el virus». Así cree Marcelo Villacorta, médico de familia de Arcos, que se contagió de la nueva gripe. Los síntomas comenzaron a finales de agosto con un fuerte dolor de cabeza y de articulaciones. «Pasé ocho días enfermo y no veía el final», reconoce. Tuvo mala suerte y la gripe se complicó con problemas de hígado que le desestabilizaron los niveles en todos los análisis. «Aún hoy no sabemos por qué, pero me fastidió bastante».

No es lo habitual, pero el caso de Marcelo se complicó. «Estuve en casa aislado y tomando los antivirales, pero el malestar no se pasaba, así que fui al hospital», recuerda el médico. Lo trataron en el centro de Jerez, donde le hicieron las pruebas y tras recibir los resultados le confirmaron el diagnóstico que ya tenía. «Ahora pienso que realmente es mejor pasarla cuanto antes, porque el cuerpo queda inmunizado a esa cepa», considera el facultativo. En vista de lo que se presenta en octubre, no sólo con la combinación de ambas gripes sino de todas las enfermedades ligadas al frío. También tiene las esperanzas puestas en la nueva vacuna. «Confiamos en que sea lo suficientemente buena como para controlar el contagio y contener la alarma en los pacientes», asegura.

Durante el tiempo de convalecencia tuvo síntomas similares a los de una gripe estacional. Reconoce que le cuesta diferenciar una de otra. «En mi caso me vino fuerte, pero también podría haber sido más ligera». A Marcelo pudieron diagnosticarlo con seguridad porque tuvo que ingresar en el hospital, pero cuando se pasa únicamente en casa no se suelen hacer todas las pruebas. «Podemos deducir que uno tiene o no gripe A por los síntomas, pero es difícil, porque no es la época y no se envían muestras a analizar». Pronostica que durante el octubre resultará imposible decir quien tiene una y otra.