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Un caso muy similar

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El plan de huida de Jenaro podría haber salido de un recorte de periódico o del recuerdo de una noticia antigua. Unos años antes el británico John Darwin fingió su propia muerte a bordo de una canoa en el Mar del Norte para cobrar el seguro de vida. El inglés se embolsó 250.000 libras (unos 291.000 euros) con las que se marchó a Panamá a darse la gran vida dejando mujer y dos hijos. Finalmente la supuesta viuda no era tan inocente y parece ser que le ayudó a fugarse. Darwin volvió a los cinco años fingiendo ser un desaparecido que se encontraba amnésico, pero su versión se vino abajo y fue condenado a seis años de cárcel. Ahora aprovecha el tiempo para escribir sus memorias.