El nuevo secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen. / Afp
política internacional

Rasmussen, nuevo secretario general de la OTAN

Sus primeros retos serán la operación en Afganistán y las relaciones recién recompuestas con Moscú

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El danés Anders Fogh Rasmussen es, desde este sábado, el nuevo secretario general de la OTAN en sustitución del holandés Jaap de Hoop Scheffer, que el jueves dejó el cargo tras cinco años y medio de mandato. Está previsto que el antiguo primer ministro danés tenga su primera toma de contacto con la sede de la Alianza el próximo lunes, y que el martes presida su primer Consejo Atlántico, el máximo órgano decisorio de la organización.

Los dirigentes de la OTAN designaron formalmente a Rasmussen como sucesor de Scheffer el pasado abril durante la cumbre de Estrasburgo-Kehl, un nombramiento que estuvo a punto de verse empañado por las objeciones del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdongan, crítico con el comportamiento del danés hace unos años en la llamada "crisis de las viñetas" de Mahoma.

Operación en Afganistán

En esa cumbre se acordó también reforzar la posición de la OTAN en Afganistán e iniciar el proceso de actualización de su estrategia. Precisamente la operación en Afganistán, que está en plena efervescencia, es el principal reto al que se enfrentará el danés y ya lo era cuando Scheffer tomó posesión en enero de 2004.

Desde entonces, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) -la misión internacional de seguridad que encabeza la Alianza bajo el mandato de las Naciones Unidas- ha multiplicado por diez su presencia (de 5.700 a 64.500 efectivos) y se ha extendido desde Kabul a todo el territorio, aunque este desarrollo no ha sido suficiente para detener a los insurgentes talibanes.

El nuevo secretario general también va a encontrar las relaciones con Moscú recién recompuestas y con el Consejo OTAN-Rusia, órgano de discusión privilegiada, que funciona plenamente tras meses de parón a causa del conflicto del verano anterior en el Cáucaso.

Por otra parte, Rasmussen llega con el propósito de que la OTAN sea "más transparente y participativa que nunca", para lo que iniciará un proceso de consulta pública sobre el futuro concepto estratégico aliado. Esa nueva estrategia -los líderes de la OTAN ya decidieron en la cumbre de Estrasburgo-Kehl que era necesario un nuevo impulso-, que debe estar preparada en el segundo semestre de 2010, definirá con precisión las nuevas responsabilidades y misiones de la Alianza en el siglo XXI.