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Detenida una pareja que había montado un negocio de 'telecoca' en Villamartín

La Guardia Civil llevaba meses recibiendo las quejas anónimas de muchos vecinos que estaban indignados con los trapicheos

| CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Con una simple llamada telefónica a un móvil, los consumidores de cocaína de Villamartín podían conseguir su dosis, sin necesidad de desplazamientos a los centros neurálgicos de distribución de la provincia y sin adentrarse en barriadas problemáticas no exentas de riesgos. A grosso modo en eso consistía el negocio que había montado presuntamente una pareja, Miguel El Conejo y Ana La Chute, quienes están ya detenidos por la Guardia Civil tras meses de investigación.

Los agentes supieron de las actividades de estos traficantes gracias a las muchas llamadas anónimas de vecinos que reclamaban una urgente intervención policial. Al parecer, los continuos trapicheos habían generado una gran alarma social en una localidad de aproximadamente 12.000 habitantes.

Los investigadores consiguieron un primer hilo del que poder tirar a finales de junio, cuando confirmaron que Miguel Ángel C. R. se iba a aprovisionar de una nueva partida de cocaína. Los estupefacientes los compraba en Sevilla y se valía de un 'correo' para adquirir la droga sin necesidad de desplazarse a la capital hispalense.

La Guardia Civil presenció cómo ese 'correo', en compañía de otra persona, salió en dirección a Sevilla al volante de un Audi A-3. A mediados del presente mes, los agentes obtuvieron la autorización judicial para registrar la vivienda de la pareja, situada en la Urbanización La Viñuela de Villamartín, tras presentarle al juez los primeros indicios de que ese domicilio podría ser el centro de operaciones de los supuestos traficantes.

Lista para vender

Ese registro dio sus frutos porque hallaron 20 gramos de cocaína, una pequeña partida de hachís y una planta de marihuana. Además, requisaron tres sillas de montar que los implicados no pudieron acreditar que la habían adquirido mediante cauces legales. Lo que no encontraron los investigadores fue dinero en metálico en gran cantidad; tan sólo intervinieron 70 euros. También les retiraron a los detenidos dos teléfonos móviles.

La cocaína estaba distribuida en pequeños envoltorios, lista para la venta al por menor, según confirmaron fuentes cercanas al caso.

Los supuestos narcos habían adoptado algunas medidas de seguridad por si entraban en su vivienda, como finalmente ocurrió. La droga no estaba a la vista sino escondida en el sótano de la casa, detrás de unas tablas, y en un cajón de la cocina. Fue necesario la intervención de un perro adiestrado en la detección de narcóticos para encontrar las dosis.

Los detenidos están ya a disposición del instructor, el titular del nº 3 de Arcos.

En los últimos meses, la Guardia Civil lleva acometiendo operaciones para erradicar el tráfico de drogas de pequeña y mediana escala en la Sierra; una zona que antaño había pasado más desapercibida en las investigaciones por narcotráfico que se desarrollan en la provincia. Localidades como Puerto Serrano ha sufrido el asentamiento de clanes, que vienen huyendo de la justicia, y que han trasladado su negocio a poblaciones donde existe poca presencia policial, debido a su escasa población si se compara con municipios costeros que además reciben a muchos visitantes.

stubio@lavozdigital.es