Imagen de las protestas y enfrentamientos en Teherán. / Ap
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Ahmadineyad exige al Reino Unido y a Estados Unidos que dejen de interferir en los asuntos internos de Irán

Los seguidores de Musaví selen por octavo día consecutivo a las calles de Teherán

TEHERÁN Actualizado: Guardar
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La polémica y los enfrentamientos entre el Gobierno iraní y los opositores se mantienen sin apenas modificaciones que ayuden a relajar la tensión. Al menos 19 personas podrían haber muerto y centenares se encontrarían heridas tras los disturbios de ayer en diversos puntos de Teherán, según fuentes del hospital de la capital, mientras que las fuentes oficiales hablan de trece fallecidos en los enfrentamientos entre la Policía y "grupos terroristas". Esta cifra es prácticamente imposible de verificar dadas las restricciones impuestas por las autoridades iraníes a los medios de comunicación extranjeros y extraoficiales.

Si la tensión interna es evidente, también se ha disparado la tensión internacional. El Gobierno acusa a los países de occidente de intromisión. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha sido hoy especialmente concreto y ha exigido al Reino Unido y a Estados Unidos que dejen de interferir en los asuntos internos de Irán. "Quieren minimizar la grandeza que ha logrado el pueblo iraní dentro y fuera del país, tras las elecciones presidenciales", ha asegurado.

El presidente iraní afirma que "en Irán viven setenta millones de personas que no quieren a los extranjeros" y aseguró que la Revolución Islámica accederá a su cota de grandeza y la autoridad en los próximos años. "Debemos construir un Irán que participe en los cambios internacionales para que este se cimente en la justicia".

El ayatolá Ali Jameneí, líder supremo de la Revolución iraní ha acusado también a las potencias extranjeras de causar los disturbios, y el ministro de Asuntos Exteriores, Manoucher Mottaki ha advertido de forma directa al Reino Unido, Francia y Alemania. El presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyani, fue un paso más allá y dijo que la Cámara debe reconsiderar las relaciones diplomáticas con estos países. Irán y Estados Unidos ya rompieron sus lazos en abril de 1980, una vez consolidado el triunfo de la Revolución islámica que desalojó al último Sha de Persia, el pro occidental Mohamad Reza Pahlevi.

La Policía culpa a Musaví

Mientras, el conflicto interno sigue ampliándose y, si ayer era Mir Husein Musaví el que reiteraba su petición para que se repitieran las elecciones presidenciales celebradas el pasado 12 de junio, porque las considera fraudulentas, hoy ha sido el jefe de la Policía, Ahmadi Moghaddam, el que ha acusado al líder opositor de ser el responsable de la "atmósfera ilegal" que existe actualmente en Irán por las manifestaciones y disturbios tras los comicios, y que según las autoridades han dejado, desde el inicio de las protestas, al menos 400 agentes de seguridad heridos.

En una carta abierta publicada en el diario Etemad e Melli, Moghaddam advierte a Musaví de que, "de prolongarse la situación actual, la Policía se enfrentará con decisión a estas actividades ilegales para preservar el orden de la sociedad y el pueblo". El jefe de Policía se dirige así a Musaví: "Los distubios están siendo causados por bandidos que actúan a la sombra de esta atmósfera ilegal que usted ha creado". Aseguró que sus agentes no han disparado "ni un solo tiro" contra manifestante alguno.

Musaví ha insistido hoy en sus afirmaciones y ha advertido a la República Islámica de que debe "limpiar las mentiras y las actitudes deshonestas" que amenazan con destruir el sistema. En una documento colgado en su página web, el ex primer ministro insta al régimen a permitir las protestas o hacer frente a las consecuencias. Protests que por octavo día se repiten en las calles de Teherán, aunque esta vez sin incidentes. Varios blogs particulares hablan de importantes manifestaciones y de la fuerte presencia policial.

Las últimas palabras de Musaví suponen un nuevo y claro desafío al ayatolá Jameneí, quien el viernes negó las denuncias de fraude electoral de la oposición y exigió que se pusiera fin a las manifestaciones callejeras si se quería evitar "un derramamiento de sangre". "No nos oponemos al sistema islámico y a sus leyes, sino a las mentiras y a las ideas desviadas. Solo buscamos una reforma", afirma Musaví. "El pueblo espera de sus gobernantes honestidad y decencia porque muchos de nuestro problemas se deben a las mentiras. La revolución islámica debe ser el camino".

Lariyani critica la falta de neutralidad del Consejo de Guardianes

El presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyani, se ha unido a las protestas de Musaví y ha denunciado que el Consejo de Guardianes no es neutral y ha subrayado que se debe respetar la opinión de aquellos que creen que las elecciones no han sido limpias, diferente a la "de los saboteadores y los infieles". En una crítica al Gobierno y, en cierta manera, también al ayatolá Ali Jameneí -que ha respaldado los resultados-, el político también ha criticado la falta de neutralidad de la televisión estatal iraní.

Ante las protestas, el Consejo de Guardianes -órgano que debe validar los resultados- anunció que recontará el 10% de los votos de forma aleatoria. Larijani denunció anoche que varios miembros de este poderoso Consejo son parciales. "Aunque el Consejo está integrado por gente de religión, creo que algunos miembros no quieren apoyar a cierto candidato a la presidencia".

Detenciones y muertos

Además, la Policía iraní ha detenido a varias miembros del grupo opositor ilegal Muyahidin Jalq (Combatientes del Pueblo) acusados de causar disturbios durante los últimos días de protestas en el país. Según la televisión estatal informó, los miembros del citado grupo, considerado terrorista por Irán , habían entrado en el país a través de Irak donde habían recibido entrenamiento terrorista. Sin embargo, no ha detallado cuántos presuntos activistas fueron arrestados ni dónde ni cuándo.

Muyahidin Jalq es un grupo de oposición armada iraní que en la década de los ochenta buscó refugió en el Irak del ex presidente Sadam Husein desde dónde lanzó ataques contra territorio iraní. Ahora casi tres mil de ellos se hayan en condiciones muy precarias ya que Irak ha decidido su expulsión y no pueden regresar a su país de origen.

"Los líderes de este grupo han instado a sus miembros a cometer actos terroristas como el incendio de autobuses y gasolineras o la destrucción del mobiliario urbano, además de atacar a (las milicias islámicas) Basij", agrega el canal.

Ayer, la Policía y los Basij se emplearon con especial violencia para reprimir a miles de manifestantes que trataron de marchar en el sur de la ciudad. Los agentes utilizaron gases lacrimógenos y chorros de agua, además de disparar al aire para dispersar a los congregados.