Las casas de las hermandades rebosaban de romeros que aguardaban ansiosos el momento de la procesión de la Reina de las Marismas. / ESTEBAN
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La Virgen del Rocío colma de gozo a los romeros

Los almonteños saltaron la reja tras celebrar el Santo Rosario de las HermandadesLa Blanca Paloma visitará los Simpecado durante diez horas de procesión

| ENVIADO ESPACIAL. ALMONTE Actualizado: Guardar
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Emocionante día el que se vivió en la aldea del Rocío ayer domingo. Desde muy temprano los romeros se prepararon para vivir el día mas emocionante y esperado por los romeros. La Virgen del Rocío esperó el momento de que los almonteños saltaran la reja de madrugada para bendecir a todos sus hijos y en torno a las diez de la mañana dio comienzo en el real del Rocío la celebración de la Santa Misa Pontifical a la que acudieron todas las hermandades filiales acompañadas de sus respectivas asociaciones rocieras. Poco a poco iban entraron los Simpecado por las calles Romería y Las Carretas. Se trata sin duda de una de los actos más emotivos de la romería, en la que el marco incomparable hace, sin lugar a dudas, especial la celebración que fue presidida por el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, que estuvo acompañado de todos los respectivos directores espirituales de las 106 hermandades filiales a la Matriz de Almonte.

Misa Pontifical

En torno al monumento de la coronación canónica de la Virgen del Rocío en un altar montado para la ocasión, fueron colocándose los respectivos Simpecado dibujando una estampa impresionante. El sol reinante y el fuerte calor provocó que el número de asistentes a la celebración fuera un poco menor con respecto a otros años, convirtiéndose quizás en el único pero que tenía la celebración de este acto. El arzobispo de Sevilla se dirigió a todos los presentes con la atención de recordar el verdadero sentido del rociero, cuyo objetivo no es ni nada menos que proclamar el Espíritu Santo bajo la devoción de la Virgen del Rocío, dejando a un lado cualquier tipo de intención diferente que durante la celebración de la romería algunos quieran llevar. La misa, que estuvo cantada por el coro de la Hermandad del Rocío de Sevilla, El Salvador, sirvió para que, un año más, el secretario de la Hermandad Matriz de Almonte diera pública protestación de fe, que seguidamente fue ratificada por todos los hermanos mayores de las respectivas hermandades presentes en la misa. En torno a las doce del mediodía se dio por finalizada la celebración de la eucaristía, lo que dio paso a la salida de los respectivos Simpecado del altar para, posteriormente, iniciar el camino de regreso hacia sus respectivas casas de hermandades.

Convivencia

Se notaba la alegría que dibujaban los rostros de los romeros, conscientes de que quedaba muy poco para ver procesionar a la Reina de la Marismas, pero también conscientes de que una romería más comenzaba a consumirse, sabiendo que habrá que volver a esperar todo un año para pisar las arenas de la aldea nuevamente. Tras regresar de la Misa Pontifical los distintos romeros se dispusieron a vivir el último día de la romería por todo lo alto. En muchas casas particulares era común la presencia de grupos cantando sevillanas y compartiendo todo tipo de viandas. En las casas de las hermandades muchos se retiraron a descansar. La noche se presentaba larga, ya que son muchos los que acompañan a la Virgen del Rocío durante toda la noche en su recorrido tradicional. Otros hacían patente la alegría por saber que se acercaba el momento que habían estado esperando durante todo un año y por el que salieron de Cádiz el pasado martes realizando el camino a través del Coto de Doñana.

Mientras tanto, en la ermita se celebraban misas a las que acudían numerosas hermandades durante toda la tarde. A las 18.00 horas dio comienzo una eucaristía con representación de hermandades de la provincia de Cádiz, presente con las de Sánlucar y Rota. También hacían lo propio hermandades como las de Las Palmas de Gran Canaria, Granada o Espartinas. Poco a poco la tarde se consumió en un día en el que de nuevo el calor fue protagonista. Conforme se acercó la noche los nervios de los romeros aumentaron de forma considerable, conscientes de la proximidad de la procesión de la Blanca

Entrada ya la noche, entorno a las 23.00 horas, los Simpecado de las respectivas hermandades comenzaron a marchar en busca de la plaza de Doñana donde tenía lugar la concentración de las 106 hermandades para, posteriormente, iniciar la celebración del Santo Rosario. El Simpecado azul de Cádiz acompañado de unos 400 hermanos que acompañaban al Simpecado por las calles de aldea, iban provistos de velas, mientras que el Simpecado era precedido por bengalas que anunciaban la presencia de los romeros gaditanos.

Comitiva gaditana

En torno a las 23.40 minutos hacía su entrada en la plaza de Doñana la comitiva gaditana, que ocupando el lugar que le correspondía esperaba al resto de hermandades hasta completar las 106 para posteriormente iniciar el rezo. Poco a poco, y por orden inverso de antigüedad, comenzaron a desfilar las hermandades una tras otra por delante de un pequeño altar montando para la ocasión y el que se encontraba el grueso de hermanos de la Hermandad Matriz de Almonte con su Simpecado. Por el recorrido establecido de plaza Doñana, calle Almonte y Las Carretas, los distintos Simpecado pasaron por delante de la puerta principal de la ermita, en cuyo interior la tensión era inevitable en los almonteños que se agarraban a la reja, esperando el momento de saltarla para sacar en procesión a su patrona. El ansiado momento tuvo lugar entrada la madrugada cuando, finalizado el Rosario de las hermandades, el Simpecado de Almonte hizo su entrada y, tal y como manda la tradición, seguidamente los almonteños saltaron la reja para un año más sacar a la Reina de las Marismas por las arenas de la aldea, para visitar a todos los Simpecado de las 106 hermandades filiales que un año más habían acudido a la aldea para celebrar los actos en honor de la Patrona de Almonte, la Virgen del Rocío.