Iker Esparza Ortega./ R. C.
ESPAÑA

Detenido en París un etarra ebrio que tenía un arma robada durante la tregua

Iker Esparza, que tiene un hermano preso en Francia, llevaba una veintena de carnés falsos Pérez Rubalcaba destaca que no es «un terrorista más»

| CORRESPONSAL. PARÍS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Policía francesa detuvo ayer lunes de madrugada en el centro de París al presunto militante de ETA Iker Esparza Ortega, que conducía un coche con un alto grado de embriaguez. En el momento del arresto, el etarra iba armado con una pistola robada en Francia durante la última tregua, de la que no intentó hacer uso en momento alguno.

El detenido, al que los servicios antiterroristas españoles vinculan con la falsificación de documentos de identidad, tiene un hermano preso en una cárcel gala en la que purga condena por pertenencia al aparato político, al que perteneció a comienzos de esta década, cuando disponía de una oficina clandestina al pie de Montmartre, una de las zonas más turísticas de la capital francesa.

La película del arresto comienza pasadas las cuatro de la madrugada del lunes en Boulogne-Billancourt, localidad limítrofe con París en la que se encuentra el complejo tenístico donde se disputa el torneo de tenis de Roland Garros.

A esa temprana hora, una patrulla policial de la Seguridad Pública del departamento de Altos del Sena vio atraída su atención por el comportamiento sospechoso de un automovilista. Cuando los agentes le dieron el alto con intención de identificarlo, el conductor se dio a la fuga en dirección al casco urbano de París.

La persecución finalizó a las 4.25 horas en un semáforo de la calle Marbeuf, muy cerca de la Embajada de España, en el céntrico barrio de Campos Elíseos. El detenido se identificó de inmediato como militante de ETA.

Fuentes judiciales francesas afirmaron a este periódico que el etarra se encontraba en un «estado de impregnación alcohólica muy avanzada». De hecho, a media tarde de ayer permanecía recluido en una celda especial para esos supuestos sin haber sido interrogado todavía, ya que «no había metabolizado todo el alcohol» y se mostraba «incapaz de expresarse de manera consciente», según las fuentes citadas. Responsables de la investigación mostraron su sorpresa por el estado de embriaguez del detenido, y recordaron que «no es un tipo de comportamiento habitual entre los etarras capturados en Francia».

Las fuentes consultadas no precisaron la tasa de alcoholemia en sangre que alcanzó el terrorista, pero puntualizaron que entre las infracciones contempladas en la causa abierta contra él figura la de conducción de vehículos en estado de ebriedad.

En el momento del arresto, Esparza Ortega arrojó al suelo el arma que portaba sin hacer ademán de utilizarla. Es un revólver marca Smith & Wesson del calibre 38 que forma parte de las 344 armas de fuego robadas en el atraco a la empresa Sidam de Vauvert, cerca de Nimes, perpetrado por un comando de ETA en octubre de 2006, durante el último alto el fuego mantenido por la banda.

El automóvil en el que viajaba, un Peugeot 407, había sido robado el pasado mes de enero en el departamento de Vienne (oeste de Francia) y llevaba placas de matrícula falsas correspondientes a la provincia de Isère (este del país).

En el registro del vehículo, además de munición del calibre 38 para el revólver, la Policía gala encontró un lápiz de memoria USB, un carné español a nombre de Iker Esparza Ortega y veinte juegos falsos de documentación con distintas identidades, incluidas placas de identificación simuladas de la Guardia Civil.

El material intervenido orienta las pesquisas policiales hacia el 'aparato de falsificación' de ETA, cuyo presunto jefe, Ekaitz Sirvent, fue detenido el pasado 10 de abril en París nada más descender en la estación de Montparnasse de un tren de alta velocidad procedente de Burdeos.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, declaró ayer en Bruselas que Esparza Ortega «tiene responsabilidades» dentro de ETA, pero no precisó sus funciones. «Lo importante es que no se trata de un etarra más, no es un etarra irrelevante», dijo.

Largo historial

Natural de Pamplona, Iker Esparza fue encarcelado el 22 de agosto de 1998 bajo la acusación de haber atacado el tren 'topo' que enlaza San Sebastián con la frontera francesa. Cuando el convoy se encontraba parado en la estación de Ventas de Irún, él y otros jóvenes ordenaron al conductor que abriera las puertas, momento en el que lanzaron varios 'cócteles molotov' al interior de la cabina, que quedó calcinada.

Sólo 48 horas después fue puesto en libertad bajo fianza de 200.000 pesetas. El 1 de abril de 2002 fue condenado por ese ataque a una pena de cinco años de cárcel. El fiscal, sin embargo, solicitaba ocho años de reclusión, pero rebajó la petición a tres después de un pacto alcanzado con los acusados, que reconocieron los hechos que se les imputaban.

El 19 de octubre de 1999 fue detenido por participar en actos de violencia callejera contra el domicilio de la militante socialista Asun Apesteguia, en Pamplona; contra la casa particular de un guardia civil, y por la quema de un autobús. Tras aquella detención, Esparza Ortega quedó otra vez en libertad bajo fianza.