Una imagen del ambiente en las terrazas de El Puerto./ NURIA REINA
LAS OPINIONES

Hasta el último minuto

Muchos moteros apuraron la tercera jornada para disfrutar de la fiesta en Jerez y El Puerto

| EL PUERTO Actualizado: Guardar
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Adiós a la Motorada, por este año. Después de tres jornadas de fiesta, los moteros se despidieron de El Puerto y Jerez hasta la edición del próximo año. Ambas ciudades recuperan ayer su pulso cotidiano, pues la mayoría de aficionados emprendieron el camino de regreso a comienzos de la tarde. Si bien quedaban todavía aquellos que han apurado hasta el último momento y será hoy cuando emprendan la vuelta.

El Gran Premio de Motociclismo de España pasó con miles de personas concentradas en las dos ciudades aunque, tal y como expresaban la mayoría de los aficionados, con un ambiente más flojo que en otros años. Así arrancaba el último día en el que a primeras horas de la mañana apenas había moteros por las calles. Unas concentraciones que no tuvieron lugar hasta que acabaron las carreras del Circuito jerezano, aunque no con la misma cantidad que en la jornada anterior, en la que el rugir de los motores se convirtió en el sonido común de los puntos calientes de ambas localidades.

El sonido ayer se fue apagando conforme caía el sol. Los bares, restaurantes y pubs intentaban recoger los últimos frutos de una fiesta que sirve de empuje económico hasta que llega el verano. Aunque no fue un día muy fructífero para ellos, ya que pasado el mediodía la mayoría de establecimientos tenían sus mesas vacías.

El fuerte viento que cruzaba las avenidas repercutió también en el ánimo de los moteros a la hora de aprovechar las últimas horas de una intensa Motorada, marcada por los fuertes dispositivos de seguridad.

En el caso de El Puerto, los puestos de la Ribera del Marisco se vaciaron. Muchos ni siquiera abrieron por la mañana ante la previsión de que no serían muchos aficionados los que transitaran a esas horas. Y más tarde, ante la ventolera, se mantuvieron cerrados.

Los que habían abierto se escudaban en la necesidad «de arañar todo lo posible para sacar algún dinero extra, que por poco que sea es bueno para los tiempos que corren». Había que dar salida a los productos que no se vendieron en los días previos, en los que -según los comerciantes- el consumo se ha visto mermado.

En muchos otros bares, en cambio, las existencias escaseaban e improvisaban como podían para no perder una clientela que se ajustaba a una carta reducida. El aluvión de personas pasaba factura a los comerciantes algo cansados por la intensidad de trabajo acumulado en pocos días.

Hasta otro año

En la última jornada de la Motorada los protagonistas fueron los aficionados de la provincia, que decidían aprovechar el domingo para hacer kilómetros en sus motos de forma tranquila, sin el colapso de vehículos que se produjo especialmente el sábado.

Aquellos que eran de fuera de la provincia esperaron a la finalización del campeonato para emprender el camino a casa. La otra opción era la de aprovechar un día más de fiesta y descansar en el apartamento alquilado para la ocasión hasta hoy, momento en que partirán de regreso con ganas de que «llegue ya el próximo año para disfrutar de nuevo», como exponía Javier Fernández, que vino desde Málaga con un grupo de 15 personas. Un sentimiento que compartieron todos los aficionados que convirtieron la Motorada en un grato recuerdo.