pinchitos morunos

El Rojo

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Comprenderán que no está el ambiente para hablar de cosas feas. Ya la gente pasea por las calles con la mano puesta en la cartera para que no se escape ni un céntimo. Con tanto hablar de parados, crisis, motos quemadas, millones que desaparecen y esas cosas, se nos ha pasado la llegada de dos ilustres de la Primavera gaditana, dos inmigrantes a los que nadie rechaza y que causan más alegría que la llegada a Cádiz del circo de Fofó.

Desde hace varios días los insignes del caldo hasta los codos, los verdaderos artistas en el manejo de los palillos están ya ávidos de pegar el primer chupetón. Cádiz es un poco, China y Japón. Es cierto que siempre no ha gustado mucho un guiso en amarillo, por eso aquí también manejamos mejor que Chu Lin los palillos, aunque éstos en vez de para coger arroz... que aquí nos sale más sueltecito, la verdad, los usamos para sacar los bichos a los caracoles, cosa que también tiene su arte. Porque quién en su vida no ha tenido problemas para sacar el bicho de un caracol, quién no se ha comido una puñetera bolita de pimienta, que la hijadelagran se había quedado camuflada dentro de la casita. Sería interesante hacer una encuesta entre los gaditanos sobre cuál es su preferencia en artilugio sacador del bicho de los caracoles. Yo soy más partidario del palillo de dientes, pero es cierto que a muchos le gusta el alfiler, pero es que si te pinchas duele más que un gol del Madrid en el último minuto.

Me informan en Medina, cátedra de los caracoles en la provincia, que los primeros son de Marruecos, que allí se crían antes, pero sin manipulación genética, no se vayan a asustar y quiera la Conferencia Episcopal suspender su consumo porque no se protege la vida del caracol, no, sino que allí son más tiraos palante los bichos. Luego ya llegará el caracol patrio. Por cierto se podría hacer una experiencia de I+D y alimentar a los caracoles con teleras de Medina. Si a los cerdos ibéricos, en los seis últimos meses de su vida, se les alimenta con bellotas, por qué no alimentar a los caracoles durante un tiempo de miajón de telera de Medina y una última semana con alfajores, para que cojan gustito a especias y así chuparían mejor el caldo y estarían más apetitosos. Qué la Universidad de Cádiz investigue el tema.

Pero no es el único inmigrante el caracol el que llega a Cádiz por estas fechas. Por las costas de Conil, Barbate, Zahara y Tarifa, empiezan ya a verse otros inmigrantes, los rojos, los atunes que vienen desde el Atlántico. Son seres especiales los atunes. Nosotros para ligar nos ponemos colonia y ellos para desovar (que es lo mismo que nosotros hacemos pero con un nombre más disimulado) se ponen hasta arriba de comé y llegan por aquí con más calorías que una tinaja de lomo en manteca.

Reconozco que soy más de atún que de caracoles. A los que somos flojos los caracoles no nos cunden, mucho esfuerzo para tan poca cosa... No me pasa con los langostinos de Sanlúcar, que me cuesta menos trabajo pelarlos. Dentro de unos días comenzaremos ya a peregrinar a Barbate y a Conil para pegarle bocaos a este insigne de los mares. Los dos municipios preparan ya celebraciones en torno a este alabado inmigrante.

Los adoradores de Nuestra Señora de la Ventresca y sus santos misterios del Morrillo vuelta y vuelta no vamos al Rocío y a cruzar el Quema, vamos a Barbate y a Conil y cruzamos mejor la puerta de El Campero, la de Francisco La Fontanilla o la de la Venta Melchor, en El Colorao. No necesitamos traje corto, sino más bien lengua larga y buen tenedor. Los Patronatos de Turismo siempre regalan a la gente un bolígrafo, pero a los turistas lo que hay que darles es un buen tenedor de propaganda, eso si que trae buenos recuerdos.

Igual que existe en Semana Santa la visita de los sagrarios, voy a unirme a un grupo de atuniístas (ateneístas del atún) y vamos a hacer una visita de sagrados templos del rojo de almadraba, ahora eso sí, no estamos dispuestos a ir vestidos de mantilla.