ALZA. Las incautaciones de cajetillas han aumentado de manera considerable. / LA VOZ
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El contrabando de tabaco regresa empujado por los efectos de la crisis económica

El número de incautaciones de cigarrillos se ha incrementado en los últimos meses en una actividad que había desaparecido casi totalmente en la provincia

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«Se ha detectado un incremento en el contrabando minorista de cigarrillos asociado, en primer lugar, a operaciones transfronterizas entre España, Andorra y Gibraltar, y, en segundo lugar, asociado al avituallamiento de determinadas embarcaciones como los ferrys. La actual situación económica aconseja extremar las precauciones para evitar un incremento en el tráfico interior de cigarrillos de contrabando». Esta cita textual está extraída del informe de actualización del Plan de Prevención del Fraude Fiscal de la Agencia Tributaria, fechado en 2008. Uno de los riesgos objetivos que trae consigo una caída del empleo y una pésima coyuntura económica es el resurgir de la economía sumergida, y una de sus formas es el contrabando de tabaco. Esa previsión del Ministerio de Economía se está transformando en realidad con el aumento, aunque aún sin ser muy llamativo, del número de incautaciones de mercancía de estas características. Todos coinciden, desde cuerpos policiales a los propios contrabandistas que la cercanía con Gibraltar, donde hay una importante diferencia de fiscalización con respecto a España, hace de esta provincia una zona fértil para que florezca este negocio como ocurriera en épocas pasadas, también de crisis económica.

La Agencia Tributaria supo a través de los representantes de los estanqueros, a principios del año pasado, que comenzaba a repuntar una actividad que estaba casi desaparecida en Cádiz, por el auge del narcotráfico y el descenso del consumo de cigarrillos de contrabando. Y ese temor de los empresarios del ramo se está traduciendo ahora en cifras: en lo que va de año, la Guardia Civil ha retirado del mercado 118.036 cajetillas, entre las actuaciones realizadas por las dos comandancias de la provincia (Cádiz y Campo de Gibraltar). Si bien la cifra de decomisos del año anterior (2008) tampoco fue discreta: 610.520 cajetillas incautadas. Sin embargo, en el primer trimestre de este año, en el Campo de Gibraltar se ha superado ya lo incautado en el mismo periodo de 2008.

Ahora bien, si se echa la mirada atrás, cuando la situación económica no era tan dura, las estadísticas de decomiso cayeron hasta apenas superar el dato de los 100.000. En estas estadísticas siempre hay que tener en cuenta que una única aprehensión de un contenedor, trastoca la media. Así en 2008, la Comandancia de Cádiz hizo en el mes de enero una operación en el muelle de la capital, donde abrieron un contenedor, procedente de China, con más del 80% del tabaco que aprehendieron a lo largo de todo el año.

La estadística no es la única circunstancia que invita al optimismo para los estanqueros, que demandan ya unos controles más férreos en la frontera con el Peñón, al tabaco de contrabando se une ahora la mercancía falsificada; cigarrillos que portan una marca falsa y que son introducidos en el país desde Asia.

Vigilancia

Desde la Agencia Tributaria reconocen que esa mayor eficacia policial también es fruto de una labor de coordinación y de un refuerzo en la vigilancia de ese tipo de tráfico. En su plan de actuación contra el fraude fiscal, se subrayan dos medidas: vigilar los establecimientos minoristas que puedan ser sospechosos de distribuir este tabaco y vigilar los pasos fronterizos con Andorra y Gibraltar.

Curiosamente, ese riesgo de reactivación del contrabando también lo comparten las zonas más cercanas a Andorra, como reconocen desde la Asociación Provincial Autónoma de Expendedores de Tabaco y Timbres: «Allí también lo están pasando mal porque el negocio se está recortando. Y es que tienen el mismo problema que nosotros con el Peñón», asegura el vicepresidente, José Bermúdez.

Estos estanqueros afrontan una competencia, que por precios, los deja fuera del mercado. El cartón de Fortuna cuesta en un estanco 26,50 euros, mientras que en Gibraltar se paga a 15,16 euros. El contrabandista, que trabaja principalmente con marcas americanas, está vendiendo en estos momentos el cartón de Malboro a 24 euros, más barato incluso que el precio oficial de una marca española.