Napolitano acude al epicentro del seísmo: «Estoy aquí por deber y sentimiento, no para hacerme la foto»

Después de que el terremoto de la madrugada del lunes destruyera varias localidades de la región de Los Abruzos y dejara al menos 278 muertos, las réplicas no han dejado de sacudir el centro de Italia. Esta noche ha vuelto a suceder y se ha registrado un nuevo seísmo de 5,2 grados en la escala Richter. En torno a las 02:53 (hora local) la tierra ha vuelto a temblar y se han sentido sus efectos hasta en Roma.

Hasta el epicentro del seísmo tiene previsto desplazarse el presidente de la Republica, Giorgo Napolitano, quien ha visitado esta mañana L'Aquila para rendir homenaje a las víctimas y reunirse con los responsables de Protección Civil. "Estoy aquí por deber y por sentimiento. Estoy aquí para agradecer todo aquello que se está haciendo, un esfuerzo de eficiencia y generosidad extraordinaria en el ámbito de la organización del Estado y de la movilización ciudadana", ha explicado a su llegada, "no para hacerme la foto", ha enfatizado.

El "número dos" del Vaticano, Tarcisio Bertone, presidirá mañana el funeral de Estado por las víctimas. También asistirá en nombre del Papa su secretario particular, Georg Gänswein, en "señal de solidaridad" con los que sufren.

Decae la esperanza de hallar supervivientes

Mientras la labores de rescate no cesan, aunque las esperanzas de recuperar supervivientes se van perdiendo conforme pasan las horas. Los saqueadores comenzaban ayer a hacer su 'agosto' entre las ruinas de las ciudades más afectadas por el seísmo. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha afirmado que está dispuesto a enviar al Ejército a la zona para combatirlos y la Policía italiana vigila día y noche la región de Los Abruzos para evitar saqueos.

Italia ha comenzado a enterrar a las víctimas, mientras entre los escombros, siguen apareciendo cadáveres, según las cifras oficiales las víctimas mortales alcanzan ya las 278, de las que 16 son niños, y hay mil heridos, cien en estado grave. Las cerca de 28.000 personas que se han quedado sin hogar han pasado la tercera noche fuera de sus casas, a la espera de que el suelo deje de temblar (en la pasada madrugada han tenido lugar más de 70 sacudidas).

Poco a poco los servicios de Protección Civil y los voluntarios que han acudido a la zona del desastre están convirtiendo los campamentos de tiendas de campaña en pequeñas ciudades, con sus servicios correspondientes como baños y comedores para evitar que los refugiados hagan colas a la hora de recibir la comida. Berlusconi protagonizó ayer una nueva polémica al afirmar a una cadena alemana que "hay que tomárselo como un fin de semana de camping", en referencia a los damnificados.