Agentes de la Policía norirlandesa en el lugar donde fue asesinado el agente Stephen Paul Carroll. / Archivo
terrorismo

Un joven de 17 años, acusado del asesinato de un policía en Irlanda del Norte

Se le responsabiliza de matar a tiros al agente Stephen Paul Carroll y de pertenecer al grupo proscrito IRA de Continuidad

LONDRES Actualizado: Guardar
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Un joven de 17 años ha sido acusado formalmente del asesinato de un agente de policía el pasado 9 de marzo, en Irlanda del Norte. El detenido, que deberá comparecer mañana ante un tribunal, ha sido acusado también de pertenencia al grupo proscrito IRA de Continuidad (escisión del ya desmovilizado Ejército Republicano Irlandés, IRA), posesión de arma de fuego y de recabar información de utilidad para terroristas.

Otras cuatro personas permanecen bajo custodia relacionadas con la muerte del agente Stephen Carroll, de 45 años, que fue asesinado el 9 de marzo de un tiro en la nuca que recibió por la ventana trasera de su coche patrulla cuando investigaba la llamada de una mujer en la localidad norirlandesa de Craigavon.

Dos días antes, el IRA Auténtico asesinaba a dos soldados británicos en la base del Ejército de Massereene. Por estos hechos, otras cuatro personas están siendo interrogadas y esta misma noche otros dos hombres, de 27 y 31 años, que habían sido arrestados por la muerte del agente, han sido puestos en libertad sin cargos.

Larga detención sin cargos

Paralelamente, la comisaria norirlandesa para los Derechos Humanos, Monica McWilliams, ha condenado la prolongada detención sin cargos de los ocho sospechosos, seis de los cuales han presentado un recurso ante el Tribunal Superior de la provincia. Horas antes, el presidente del Sinn Fein -brazo político del inactivo IRA-, Gerry Adams, había denunciado también la violación de los derechos humanos de esos detenidos, que, según McWilliams, están recluidos en celdas destinadas a estancias cortas y que, por ley, podrán ser retenidos sin cargos hasta 28 días.

El atentado contra la base militar y el asesinato del agente por grupos republicanos opuestos al proceso de paz fueron condenados unánimemente por todos los partidos norirlandeses y los Gobiernos de Londres y Dublín, así como por miles de personas que se echaron a la calle para manifestar su repudio al retorno de la violencia.