«Ahora los bancos desconfían más de nuestros proyectos»

La representante de las empresarias de la provincia defiende la capacidad de trabajo de las mujeres gaditanas, su habilidad para innovar y adaptarse a «los cambios y las incertidumbres del mercado». Pero cree que su mayor reto es deshacerse del tópico que las sitúa de forma permanente «en el punto de partida». Critica la actitud excesivamente conservadora de la banca, que asocia los proyectos liderados por mujeres a los microcréditos, y lamenta que esa desconfianza se haya reforzado a causa de la crisis.

-¿Qué peso tienen las mujeres dentro del tejido empresarial de la provincia?

-Creo que tienen un peso fundamental y, lo más importante, es que cada vez va a más. Para ilustrarlo con un dato: hace diez años, cuando creamos la AMEP, se partió de un núcleo de 40 empresarias, ahora somos más de 250.

-¿Cómo han contribuido las mujeres al fortalecimiento de ese tejido empresarial?

-Al igual que los hombres, con su trabajo y su esfuerzo constante. Las empresarias han sabido innovar y desarrollar sus negocios en un contexto de permanente cambio. Las empresarias tienen una enorme capacidad de adaptación a estos cambios, a los retos e incertidumbres del mercado y, por eso, han desarrollado la capacidad de hacer crecer sus negocios con valentía y capacidad de innovación, pero sobre todo con trabajo.

-¿Cuál es el perfil de la mujer emprendedora en la provincia?

-El perfil de las emprendedoras y empresarias gaditanas que se han puesto en contacto con la AMEP, que es de las que tenemos datos, se corresponde con el de una mujer con una edad comprendida entre los 30 y 45 años, que convive en pareja, o con otras personas, y que tiene hijos con edades comprendidas entre los 9 y 15 años. La mayoría de estas mujeres tienen un nivel de formación medio y han participado en alguna acción formativa relacionada con la actividad emprendedora o empresarial, aunque son conscientes de la necesidad de la formación continua para la dirección y gestión con éxito de sus negocios. Los motivos que mueven a las mujeres gaditanas a crear una empresa son, por este orden: mejorar sus ingresos, conseguir éxitos, establecerse metas y retos personales y profesionales, así como acceder a un puesto de trabajo y actuar de forma independiente.

-¿Asumen las emprendedoras retos añadidos por el hecho de ser mujer? ¿Cuáles? ¿Cómo pueden hacerles frente?

-Por supuesto que sí. Un par de ejemplos. El primero de ellos, el de intentar constantemente deshacerse del tópico que la convierte en la eterna emprendedora. Si lo analizamos, hasta los mismos medios de comunicación, de una forma casi inconsciente, colocan a las empresarias en este eterno punto de salida, cuando hay mucha empresaria veterana, con una trayectoria importante y con su empresa ya consolidada. Por eso en la AMEP creamos el Premio a la Trayectoria Empresarial, que ha cumplido su quinta edición, para que se visualice a la empresaria de éxito, que hay muchas. Por otro lado, las empresarias sufrimos la falta de confianza de las entidades financieras, que son tremendamente conservadoras, incluso antes de la crisis, y que asocian a empresarias con microcréditos, con lo pequeño. Y esto, una vez más, se aparta de la realidad del empresariado femenino. Es un estereotipo que debería desaparecer. En la AMEP llevamos más de diez años trabajando para hacer frente a estos desafíos. Trabajamos para que se visualice a la empresaria como motor de desarrollo económico, al mismo nivel que los empresarios.

-¿Cree que la crisis va a ser especialmente dura para las mujeres?

-Ya lo está siendo con nosotras. Creo que ya lo he dicho antes. Los bancos, que siempre han desconfiado de nuestros proyectos, ahora desconfían más. Los planes para sacar a flote las empresas, no cuentan con las empresarias, que tenemos, mayoritariamente, pequeña y mediana empresa del sector servicios El panorama no es alentador, pero no vamos a decaer, sino a seguir trabajando.

-¿Qué valores cree que aporta la perspectiva de mujer al mundo empresarial?

-Creo que las empresarias llevamos mucho tiempo poniendo en marcha un modelo que creo que puede ser útil tanto a hombres como a mujeres. Un modelo que pasa por la construcción de una agenda más racional, por ejemplo, por el aprovechamiento al máximo de las nuevas tecnologías, por aportar a la empresa elementos, no sólo cuantitativos, sino también cualitativos, que no son patrimonio único de las mujeres, pero que nosotras nos hemos atrevido a plantear antes.