Un clásico de la política andaluza

La generación de andaluces que tuvo que ir a colegios y ambulatorios con graves carencias, tal vez considere la cuantificación dela deuda histórica como una victoria moral, aunque ellos no recibirán una compensación directa para aquellas penosas condiciones que soportaron, sobre todo en las zonas rurales, en la década de los ochenta.

La deuda, recogida en la Disposición Adicional Segunda del actual Estatuto y del derogado en marzo de 2008, ha sido sobre todo un caballo de batalla. El mayor de todos los reproches. El talón de aquiles de los gobiernos centrales -ya fueran del PSOE o del PP- en sus relaciones con Andalucía.

Desde esta región siempre se ha tenido muchas dificultades para explicar la singularidad de esta reclamación. Incluso, en la decisiva reunión de septiembre de 2008 en la sede del Ministerio de Administraciones Públicas, algún alto cargo del de Hacienda aún ponía en duda que existiera tal concepto.

El término para esta reivindicación hay que atribuírselo a Luis Carlos Rejón, coordinador regional de IUCA entre 1988 y 1993 y coordinador general hasta 1996. Aunque como él mismo confiesa, la autoría es de otro diputado. Rejón recuerda que, leyendo un diario de sesiones de la primera legislatura, el diputado de Alianza Popular José Ramón del Río y García de Sola hablaba de la deuda histórica que España tenía con Andalucía. El ex dirigente de la coalición de izquierdas percibió el poder mediático del término y lo hizo suyo, tanto que aún se recuerda en el Parlamento la llamada época de la pinza entre IU y el PP de Javier Arenas, entre 1994 y 1996.

Distintas cuantías

Desde Andalucía se ha exigido la 'deuda histórica' a los gobiernos de Felipe González, José María Aznar y, finalmente, al de José Luis Rodríguez Zapatero.

Donde nunca ha habido consenso es en la cifra. El PP-A de Teófila Martínez y de Javier Arenas han reclamado, si el inquilino de La Moncloa era socialista, montantes que han oscilado entre los 3.500 y los 4.500 millones de euros. El PSOE, con Aznar en el poder, también coqueteó con cifras superiores a los 1.148 millones de euros que se calcularon.

Izquierda Unida se arroga la única postura coherente con el paso de los años con respecto a la 'deuda histórica'. Sobre todo, porque reivindica la misma cantidad y con una cuenta muy fácil: 300 millones por 25 años, igual a 7.500 millones. Una cifra que, con la actual coyuntura económica y política, parece una quimera. También aseguran que, sin su insistencia, tal vez hubiera desaparecido del actual Estatuto. El PA, antes de convertirse en formación extraparlamentaria, la cifró en 2.500 millones.