«Que cada día que pasen en la cárcel sea un infierno para ellos»

Ni una lágrima. Tal vez no queden ya. Tal vez broten ante el gesto más inesperado. Antonio y Eva se abren paso con parsimonia entre la legión de reporteros que aguardan a las puertas de su casa. Los padres de Marta hablan por primera vez juntos. La mirada de Eva Casanueva huye de este presente maldito. Apenas asiente con la cabeza cuando su marido toca algún tema clave para la familia. De pronto responde ella misma a una de las preguntas: «Quiero que cada día que pasen en la cárcel los asesinos sea un infierno para ellos».

Un hilo de voz sereno, pero con una contundencia que va más allá de las sensaciones. Eva habla a pocos metros de unas fotografías de su hija, alumbradas por un centenar de velas que de forma espontánea han traído vecinos y familiares. La progenitora no mira a ese rincón, ni cuando sale ni cuando regresa a su portal.

El desasosiego por la pérdida les empuja, como en su día le ocurrió a Juan José Cortés en Huelva, a iniciar una cruzada nacional para intentar que ninguna otra familia padezca una zozobra similar a la que ellos soportan desde que su hija desapareció el pasado 24 de enero.

Antonio del Castillo quiere que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, les reciban la semana que viene con dos objetivos: intentar describir la congoja que les atenaza y reclamar que impulsen un referéndum en España para que se instaure la cadena perpetua para los asesinos a menores. «Por eso no vamos a dejar de ser más democráticos que nadie», apostilla Antonio. Entiende. además, que el endurecer estas penas es un clamor popular en España.

Diez minutos

«Cuando tú quieras nos vamos», le susurra Antonio a su Esposa Eva, ante las numerosas preguntas que lanzaban los informadores en una comparencia que ofrecieron en directo varios canales de televisión. Eva aguantó diez minutos.

El padre de Marta agradeció el esfuerzo realizado por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que han participado en la investigación y que están colaborando en la búsqueda del cadáver de su hija. Cree que en los próximos días habrá más detenciones, porque Miguel Carcaño, autor confeso del asesinato de Marta, le habría contado a más personas el suceso y éstas, al no denunciarlo, se habrían convertido en encubridores. Antonio del Castillo muestra cierto sosiego ante la contundencia de las pruebas que, según le ha comunicado la Policía, propiciarían la condena de Miguel Carcaño y el resto de implicados, con independencia de si aparece o no el cadáver de Marta. La búsqueda continúa en el río Guadalquivir. Al dispositivo, de más de 80 personas, ya se les ha unido una unidad del Ejército y un grupo de perros, especializados en seguir rastros en las situaciones menos favorables.

Los padres de Marta aseveran que no les ha sorprendido la detención de Javier D. C., hermanastro de Miguel, al que consideraban capaz de cualquier maldad, pero nunca de asesinar a su hija. Han recordado que, cuando en la noche del 24 de enero fueron a su casa -en la cercana barriada de León XIII-, Javier afirmó que llevaba allí toda la noche y que no sabía nada de Marta. Las pesquisas policiales han demostrado que, precisamente, el asesinato de Marta se perpetró en esta casa.

Lo que sí les ha chirriado especialmente es el cinismo con el que habría actuado Samuel. B.P., el joven que 19 años que, según la Policía, habría ayudado a Miguel a tirar el cuerpo de Marta al río Guadalquivir. Samuel, al contrario que Miguel, sí participó en el dispositivo para localizar el rastro de Marta durante los primeros días y llegó a decir, en un programa de televisión, que estaba seguro de que todo era una chiquillada de la joven y que esperaba su pronto regreso. «Ese niño tiene menos credibilidad que un ladrillo», comenta Antonio cuando se le refiere que Samuel negó ante el juez -en contra de lo que declaró a la Policía- su participación en los hechos.

«Mucha cara»

A los padres de Marta ya les quedan pocos consuelos en relación con su hija mayor. Desean darle sepultura, para intentar retomar una vida en la que deben criar a otras dos niñas. También anhelan que las informaciones que salgan sobre este caso se ajusten a la verdad. Niegan, por ejemplo, que la fatal discusión entre Marta y Miguel se iniciara porque ésta le hubiera pedido que volviera a ser su novio. Su versión es que el presunto asesino le hizo «una encerrona» a Marta para que le acompañara hasta la casa de León XIII.

«Estos niños -en alusión a los cuatro detenidos por la muerte de su hija- tienen mucha cara», abundó Del Castillo. Él y su esposa anunciaron que participarán en la concentración convocada para este sábado en Madrid.

El padre de Marta pidió que se «disculpara» a las personas que se saltaron el cordón policial el martes para intentar agredir a Miguel y a su hermanastro Javier, que habían participado en una reconstrucción de los hecho.