Cultura

Llega a España 'Cuscús', un duro retrato sobre la integración en Francia

Abdellatif Kechiche estrena el largometraje que triunfó en los últimos Premios César

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Hablando de lo que conoce, del medio social del que viene y teniendo un protagonista inspirado en el hombre que más le ha marcado, su padre, el director de origen tunecino Abdellatif Kechiche ha logrado el reconocimiento europeo. Kekiche es el responsable de Cuscús, retrato de una familia norteafricana en una ciudad portuaria francesa que, tras haber triunfado en el Festival de Venecia y ganar 4 Premios César -película, director, guión y actriz-, llega hoy a la cartelera nacional.

Kechiche lamenta que su padre no pudiera ver Cuscús. «Era un apasionado del espectáculo. Fue pobre, inmigrante y obrero, para mí un héroe, algo que siempre es interesante para el cine. Cuando hay un deseo de hacer un filme, no te planteas si tiene potencial comercial o no. No creo en las recetas para hacer películas», explica ante un grupo de periodistas en París.

Cocina mejor la pasta, pero bautizó su largometraje Cuscús porque es el plato tradicional y de la identidad magrebí entorno al que se reúne toda la familia. «Es como la paella para los españoles», apunta el autor de la historia de un árabe sin contenido político.

Se fijó en su padre porque quería rendir homenaje a esa generación de emigrantes que llegaron al país galo en los años sesenta, viaje que hizo su progenitor con dos de sus hijos nacidos en Túnez. «En su vida no hubo nada especial ni excepcional. Estuvo 40 años trabajando en la construcción con un sueldo de miseria y mucho sufrimiento físico. Un sacrificio para que sus hijos tuvieran una vida mejor».

Así, los hijos del protagonista se sienten franceses, pero están estigmatizados como intrusos. «Ser francés es una paradoja cuando uno ve que el otro lo ve como alguien diferente. Trato de comunicar este mensaje a través de mis imágenes. Hay algo de perversión en tener que explicar, incluso disculparse, por tener orígenes extranjeros. Resulta que no pueden ser franceses porque no viven como el supuesto ideal de la vida gala y tienen que renunciar a su forma de expresarse y a sus costumbres. Por eso insisto en la familia, en su identidad a través del cuscús, de su música, del baile...», «lo que se traduce en una forma de ser, de vivir, de comer...», subraya Kechiche.