CALOR EN EL FRÍO. Obama abraza a su hija pequeña, Sasha, mientras escucha las distintas actuaciones musicales junto a su mujer, Michelle. / AP
MUNDO

Lincoln bendice al nuevo presidente

Un festival multitudinario en el memorial que recuerda al histórico mandatario da el pistoletazo de salida a la investidura de Obama

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Una ristra de artistas y celebridades de primera línea tomó ayer al asalto el Monumento a Lincoln, en Washington, para dar el pistoletazo de salida a los tres días de festejos que mañana culminarán con la toma de posesión de Barack Obama. «Nuestra nación está en guerra y nuestra economía en crisis. Muchos ven su futuro con ansiedad», recordó Obama, renovada por la energía que le transmitía la masa que le acompañaba en una jornada tan especial.

«No pretenderé que ninguno de estos retos será fácil. Pero a pesar de la enormidad de la tarea que nos queda por delante, estoy aquí hoy de pie tan esperanzado como antes de que el sueño de nuestros padres permanecerá intacto», añadió. «Tengo fe en que todos es posible en América».

El presidente más admirado de EE UU les observaba como una esfinge de piedra desde lo alto de la escalinata. No hablamos de Obama, sino de la estatua de su admirado Lincoln, a cuyos pies cientos de miles de personas se agolpaban en torno al majestuoso estanque «en el que todavía se refleja el sueño de King», dijo Obama del hombre «que de tantas maneras hizo este día posible» y que pronunció el I have a dream (Tengo un sueño) en estos mismo escalones.

El nuevo presidente electo se mecía visiblemente emocionado al compás de American pie y aplaudía a rabiar. Quienes desafiaban el frío sin protección no querían perderse la oportunidad de verle, pero tampoco la de escuchar en directo a Bruce Springsteen, U2, Sheryl Crow, Stevie Wonder, will.I.am y un largo etcétera de estrellas que se repartieron dos horas al aire libre. No fue una selección de sus grandes éxitos, sino que Obama les encargó que eligieran los temas con más carga social para inspirar a la multitud. Era un día de fiesta, el primer presidente negro va a tomar el poder, pero Obama no quiere superficialidades sino una nueva era de compromiso social para la que demanda la participación de todos.

Primero, el hijo de Martin Luther King y un vídeo memorable de John F. Kennedy, pero pronto salió Bon Jovi a cantar soul con Bettye LaVette, y el actor Jamie Foxx, a parafrasear al propio Obama, con imitación incluida, mientras el sujeto de referencia se desternillaba de risa. No antes que Bruce Springsteen, claro, a quien no se le ocurrió mejor modo de denuncia que rasgar su guitarra. Jamie Foxx parafraseó a Thomas Jefferson y a un magistrado del Tribunal Supremo para instar al público a escoger sus metas «y no esperar a que otros se muevan por ellas». «Éste es el momento más increíble de mi vida y de la de todos vosotros», sentenció el actor negro.

Si de maestros del cine se trataba, por la solemnidad de su tono y la música de banda sonora elegida, lo de Tom Hanks era como una superproducción, que con el Obelisco de fondo y las vistas aéreas del estanque rodeado por la multitud ponía la piel de gallina. «Queridos conciudadanos, no podemos escapar a la historia», repitió en recuerdo de Lincoln. «Seremos recordados a pesar de nosotros», remató con aquel discurso histórico, y la masa estalló conmovida en un gran aplauso. Para Hanks, nada representa más su idea de la democracia que la frase de ese hombre que abolió la esclavitud con una determinación: «No seré un esclavo, así que tampoco seré el amo».

Fiesta demócrata

A esas alturas nadie tenía duda: a los demócratas se les dan mejor las fiestas que a los republicanos. George W. Bush no quiso ninguna gran fiesta de masas para su toma de posesión, pero dicen quienes estaban en los círculos de poder de Washington en ese momento que sus colaboradores no pudieron encontrar a ninguna estrella con tirón para acompañarle en los festejos que le llevaron a la Casa Blanca tras unas polémicas elecciones.

Ayer, Obama disponía de tantas (Bono, de U2, Marisa Tomei) que a lo largo de la ceremonia retransmitida en exclusiva por HBO -en abierto, por mandato del político afroamericano-, tuvieron que repartirse las estrofas como si de un We are the world se tratara.